Recortes, pobreza y derechos humanos

Recortes, pobreza y derechos humanos
Jack Delano inmortalizó la ternura pero también la vulnerabilidad de nuestros niños y niñas.
Jack Delano inmortalizó la ternura pero también la vulnerabilidad de nuestros niños y niñas.

 

CARTA ABIERTA AL GOBERNADOR DEL PROYECTO MATRIA

Señor gobernador:
Reciba un saludo desde Proyecto Matria.

En estos días hemos visto con preocupación y tristeza las noticias sobre los recortes propuestos al presupuesto del país. Para las compañeras y compañeros de Proyecto Matria el día de ayer fue uno de mucho trabajo. Así son todos nuestros días en el quehacer cotidiano para adelantar derechos humanos básicos de nuestras participantes. Sin embargo, ayer tuvimos que hacer una pausa para pensar en conjunto cómo enfrentar estas noticias. No es una discusión nueva para nosotras y nosotros porque, como usted ya debe saber, en Matria no sólo damos servicio directo a nuestras participantes sino que además estamos comprometidas con sus derechos humanos y con los derechos humanos del resto del país. Cuando una organización se compromete así, sabe que hay que vigilar, analizar y prever las decisiones de política pública y las acciones gubernamentales. Nosotras ya habíamos anticipado esto, pero no deja de ser indignante corroborar el estado de eterna precariedad en el cual se encuentran los derechos humanos en nuestro país.

Sabemos que en este momento abundan las propuestas (buenas y malas), sobran los consejos, se trabajan acuerdos, se negocian derechos y presupuestos y se alimenta la desconfianza mientras se polarizan discusiones que merecen una mayor inversión de amor, de respeto y de buena voluntad. A fin de cuentas, los números que se imprimen en las páginas de los borradores del presupuesto del gobierno son incapaces de reflejar el impacto real que tienen sus decisiones en las vidas de las personas de nuestro país. No hay página de presupuesto, asesor económico ni proyecciones de ingresos que le permitan ver- y sentir- lo que viven las millones de personas de nuestro país que viven en pobreza y desesperanza. Porque es una realidad que en este país lo que sobra es pobreza y lo que falta son garantías de derechos humanos.

Las mujeres, esas mujeres, y sus familias, y sus comunidades y sus sueños, están en el corazón de Matria. Es por ellas que en Matria aceptamos ser parte del Comité Multisectorial para la Prevención y Atención a la Violencia de Género que usted anunció en noviembre pasado durante el Día Internacional de No Más Violencia hacia las Mujeres. A pesar de todas las reservas que pudiéramos tener ante la idea de participar en un comité de esta naturaleza, la esperanza fue más fuerte y decidimos confiar en el proceso y trabajar para la equidad y la paz de las mujeres de la Isla. ¿Es necesario el trabajo de este comité? Claro que sí. Pero si la respuesta al trabajo en proceso es proponer recortes a las agencias y entidades que trabajan para la seguridad, educación, salud y desarrollo de las mujeres, simplemente se está anulando el esfuerzo.

Pero para que no parezca que esto se trata de defender una organización o un solo sector poblacional, hablemos de algo más que las mujeres. Hablemos de otras poblaciones vulnerables y aparentemente invisibles en momentos como este. Hablemos de las personas que viven en bolsillos de pobreza sin servicios básicos y sin transportación, las que son viejas y no tienen cuidos adecuados, las personas con diversidades funcionales, las niñas y niños que dependen de espacios comunitarios para alimentar su inteligencia y sus sueños, las personas sin hogar que hacen una sola comida al día, los jóvenes que caen en las garras del crimen porque las escuelas los han expulsado del sistema de educación, las y los universitarios que deambulan o que pasan hambre porque la beca no es suficiente. Hablemos de cómo todas ellas y ellos son privados a diario de sus derechos humanos aunque no lo sepan. Lo que luego debemos reconocer es que aunque ellas y ellos no lo sepan, usted y yo- y muchas otras personas- sí lo sabemos. Sabemos que aún sin los recortes al presupuesto, en nuestra Isla se han tomado miles de decisiones económicas y sociales que violentan los derechos humanos de gran parte del país. Y ahora, ¿merece nuestro país ver cómo se agrava la privación de derechos humanos de su ciudadanía? De eso se trata esta crisis. Porque la pobreza no es simplemente carecer de dinero. La pobreza es incómoda (nadie quiere verla), es triste y es indignante porque implica perder los derechos humanos que son inherentes a nuestra humanidad.

No podemos negar que hay un déficit importante en el presupuesto gubernamental. Tampoco podemos negar que hay sectores que se han beneficiado del gobierno y que han tenido la oportunidad de influir en las decisiones que nos han traído hasta aquí. Llevamos más de una década hablando del tema y sobreviviendo crisis tras crisis. En nuestra mal llamada democracia, el acceso a los espacios en los que se toman decisiones que nos afectan a todas y todos es limitado. Ya, a estas alturas y tras esta historia de desaciertos y de exclusiones, parecería que el peor enemigo de Puerto Rico es la desconfianza y la desesperanza. Nosotras en Matria opinamos distinto, nuestro peor enemigo sigue siendo la idea de que sólo ciertos sectores o personas pueden tomar decisiones a nombre del resto del país. Y si fuéramos a nombrar un segundo enemigo, diríamos que es la insistencia en pensar al país desde paradigmas económicos y sociales que ya están caducos. Nuestra Isla necesita enfrentar su situación económica desde un nuevo paradigma de derechos humanos y democracia participativa.

La crisis económica que protagoniza nuestras discusiones en los últimos tiempos no es exclusiva de Puerto Rico. La humanidad ha visto nacer y desaparecer imperios, ha visto ascender y descender economías y algo se ha ido aprendiendo en el camino. Uno de los aprendizajes más importantes es que en tiempos de crisis económicas la prioridad de los gobiernos debe ser garantizar el bienestar y desarrollo de sus ciudadanos y ciudadanas. Para eso existen los gobiernos y no para lucrar y favorecer sectores que ya son privilegiados. ¿Es legítimo un gobierno que da la espalda a los derechos humanos de sus ciudadanos y ciudadanas? Esa pregunta es pertinente en este momento. Y la respuesta está al alcance de nuestra vista en el preámbulo de nuestra Constitución cuyo texto se exhibe en la rotonda del Capitolio. “/…/ entendemos por sistema democrático aquel donde la voluntad del pueblo es la fuente del poder público, donde el orden político está subordinado a los derechos del hombre y donde se asegura la libre participación del ciudadano en las decisiones colectivas…”

La experiencia con España y con Grecia, países en los cuales se implantaron severas medidas económicas como éstas, debería servirnos de advertencia. Por esa experiencia, organismos internacionales, como la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, reconocen que los recortes en servicios a poblaciones vulnerables acrecientan la crisis y vulneran los derechos humanos. De hecho, esa oficina escribió a todos los estados para recordarles “su obligación de usar el máximo de recursos disponibles para cumplir con los derechos económicos, sociales y culturales, aún en tiempos de crisis”. Es decir, en vez de recortar fondos, la recomendación internacional desde el punto de vista de derechos humanos es concertar respuestas basadas en derechos y respaldadas con medidas de apoyo a la educación, la salud, el desarrollo de empleos y la seguridad social, entre otras.

Esta carta no pretende anunciar una solución al déficit ni defender los fondos de una organización en particular. Lo que sí pretendemos con ella es traer a la discusión el tema de los derechos humanos y la democracia participativa como punto de partida para una discusión seria sobre el presupuesto. Nosotras estamos convencidas de que nuestro país no puede darse el lujo de cometer más errores o de repetir estrategias del pasado. Es hora de que el gobierno, incluyendo las ramas ejecutiva y legislativa, se abra a una discusión seria y honesta sobre este tema y de que dé espacio a nuevas voces que traigan a la mesa de trabajo alternativas reales que respondan al bienestar común. Es hora de hacer una pausa- breve pero importante- para repensar y transformar las estrategias que ya están en marcha.

Este momento será estudiado dentro de unos años. Probablemente los libros de historia no cuenten la historia personal, la historia pequeña, de las participantes de Matria y el resto de personas que experimentan la privación de sus derechos humanos. Pero sí contarán cómo se tomaron estas decisiones y tendremos que respondernos si, en efecto, tuvimos un gobierno que supo legitimar su poder actuando para el mejor beneficio de cada persona y que garantizó nuestra libre participación en las decisiones colectivas.

 Amárilis Pagán Jiménez
Directora Ejecutiva

SERIE / RECORTES PRESUPUESTARIOS


Sobre Amarilis Pagán Jiménez
Amarilis Pagán Jiménez

Activista de derechos humanos, feminista, escritora, pintora y abogada. Es cofundadora de la organización Proyecto Matria en donde se desempeña como directora ejecutiva desde el año 2004. - See mo


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