Por Rubén Colón Morales *

Luego de las movilizaciones populares que culminaron con la renuncia de Ricardo Roselló como Gobernador de Puerto Rico, nuestro movimiento de concertación, VAMOS, ha estado participando activamente de la celebración de las asambleas ciudadanas que han venido tomando lugar en distintas regiones del país.  Ello así, pues consideramos que las mismas constituyen un importante vehículo de diálogo ciudadano que le permite a nuestro pueblo mantenerse participando activamente de la discusión y el diseño de ese nuevo país al que aspiramos.

En cuanto a lo anterior, tenemos que tener presente que vivimos en momentos en que a los pueblos del mundo se nos ha impuesto el neoliberalismo como ideología dominante, de lo cual Puerto Rico no ha estado ajeno. Cuando hablamos del neoliberalismo como ideología, nos referimos a una forma de pensamiento que va mucho más allá de un conjunto de recetas económicas dirigidas a mercantilizar todo tipo de actividades y a promover una reducción al mínimo del papel de los Estados en la prestación de servicios esenciales a las poblaciones, mediante la aplicación de políticas de privatización y de austeridad fiscal.  Y es que el neoliberalismo plantea también una forma distinta de hacer política, en la cual los pueblos tienen cada vez menos injerencia en la forma y manera en que se gobiernan sus países, pues su papel deja de ser el de ciudadanía para convertirse en meros consumidores, incluso de las candidaturas políticas que nos venden cada cierto tiempo. En el neoliberalismo todo se compra y se vende, hasta el acceso a la administración pública.  En ese sentido, la ideología neoliberal constituye una forma de pensamiento que aspira a suprimir todo espacio real de participación democrática, reduciendo el orden social a la libre operación de los mercados.  Quizás, la manera más clara de sintetizar la propuesta política neoliberal es la famosa consigna de Margaret Thatcher, Primera Ministro del Reino Unido para la década de los 80, al declarar que “la sociedad no existe, solo existen hombres y mujeres individuales”.  De tal modo, transformar la subjetividad de la persona humana para convertirnos en seres que nos pensamos a nosotros mismos como individuos solitarios cuya sobrevivencia dependerá de nuestra lucha y competencia contra los demás, en vez de reconocernos como seres gregarios que necesitamos de la solidaridad y la colaboración con las otras personas para sobrevivir; se convirtió en un objetivo fundamental de los gigantescos conglomerados económicos que promovieron el neoliberalismo como nueva forma de dominación planetaria.

Por ello, cuando nos planteamos construir un nuevo Puerto Rico democrático y solidario que aspire a garantizar en lo posible la vida digna de las grandes mayorías de sus habitantes que hoy viven privad@s  de condiciones mínimas para una vida decente; tenemos que advertir la necesidad de romper esas condiciones de aislamiento individualista en las que pretenden que nos encapsulemos, para ser capaces de reencontrarnos con las y los demás, y de reconectar antiguos vínculos comunitarios que se han venido corroyendo por décadas de ideología neoliberal.

El Huracán María nos obligó a comenzar a rescatar esas conexiones y afectos comunitarios para garantizar nuestra sobrevivencia, ante un gobierno corrupto y una metrópolis indiferente.  Luego, las jornadas de este Verano del 2019, volvieron a juntarnos para demostrarnos que el camino del futuro es el de la unidad y la colaboración ciudadana, por encima de las diferencias (muchas veces artificiales) con que buscan envenenarnos los políticos profesionales y demás intereses privilegiados que nos quieren dominar.

Las Asambleas Ciudadanas constituyen entonces nuevas formas de reconectarnos y re-energizar esos afectos comunitarios entre nosotros, que se habían ido perdiendo.  Allí nos reunimos de forma inclusiva y respetuosa, como iguales, para escucharnos y para dialogar colectivamente sobre la posibilidad de construir entre tod@s un nuevo país que reparta su progreso sin dejar atrás a las personas menos afortunadas.  Será de esas nuevas formas de volver a juntarnos, reconociéndonos como ciudadanía, y de muchas otras, que seguramente irán surgiendo, que nacerá una nueva manera de hacer política, democrática, inclusiva y participativa, que nos permitirá ir construyendo ese nuevo Puerto Rico por el que hemos clamado en las calles. Ciertamente, en el camino escucharemos voces anacrónicas empantanadas en las viejas formas de hacer política que nos invitarán a desistir y plantearán la alegada inutilidad de estos esfuerzos. No les demos mucha importancia. De ahora en adelante, cada reunión vecinal, cada junte familiar, cada asamblea comunitaria en la que nos congreguemos para conversar entre nosostr@s sobre la forma y manera en que podemos y debemos participar en la definición de ese nuevo país, será definitivamente una ganancia. Las conversaciones fraternales que sobre esas aspiraciones comunes propiciemos en nuestros centros de trabajo, iglesias, escuelas, universidades, asociaciones y organizaciones de todo tipo; serán pasos de avance hacia ese objetivo. Cada encuentro casa por casa, sector por sector, barrio por barrio, municipio por municipio, será una reafirmación del poder del pueblo, frente a la usurpación del mismo por los representantes de la vieja política. Para hacer posible ese Puerto Rico soñado, aprendamos a volver a juntarnos solidariamente de nuevo, de las más variadas formas entre Vecin@s, Amig@s, Municipios, Organizaciones y Sectores. ¡VAMOS!

*Presidente y miembro del Círculo de Oficiales VAMOS

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