‘Subiendo la jalda’... por la mano del esfuerzo comunitario

‘Subiendo la jalda’... por la mano del esfuerzo comunitario

Así comenzó el día, carga paquí, carga pallá.

El lunes 22 de junio, al otro día de la celebración de los padres, fue el día escogido para la repartición de alimentos coordinado por VamosPR  y Caribbean Produce con la comunidad del Barrio San Salvador de Caguas. El barrio está ubicado al sur del pueblo de Caguas. Para llegar hasta allá, desde la zona metropolitana, puede tomar una hora. Y si no estas acostumbrado a las curvas y cuestas puede que un poco más. La asignación de entrega fue en un camión de arrastre, vagón nevera de 45 pies y el chofer no está muy seguro de cuál es la ruta. ¡Imagínense!

Son las nueve de la mañana y ya el equipo de la comunidad estaba organizado en la cancha del sector La Plaza. Yo subía para el barrio. Los de allí decimos subir aunque vamos al sur, porque hay que subir cuestas, jaldas decimos. Me tocaba la tarea de dirigir al camión pues les comenté que me había dicho de no estar seguro de dónde era y tampoco manejaba el Google map. Conmigo subía Jesús mi compañero que tenía otra tarea cerca en Guavate y aprovechamos un solo carro para las gestiones. Guavate es colindante con San Salvador. ¿Ahora se ubican mejor, verdad? Guavate es mucho más famoso que San Salvador.

Sube, sube, sube la jalda… ¡hasta cierto punto!

Bueno, pues ahí vamos. Ya estaban prevenidos en el barrio sabiendo que le tomaría un poco más de una hora la llegada del camión. Vamos con calma pues el camión toma toda la carretera al pasar las curvas y hay que parrar los carros para maniobrar. Ya el camino se convirtió en una aventura en donde vimos la amabilidad de la gente deteniéndose para que el camión tomara su tiempo para pasar las curvas. Llegamos a la cuesta del sector el Lomo en la misma entrada de Hacienda Lillimar, un proyecto de desarrollo de casas que nunca dio pie con bola pero que le queda el nombre a la zona. No se si esta salá  esa zonita. Pero precisamente hasta ahí también llego el camión. No podía subir más. Y todavía le falta mucha jalda y curvas para llegar al sector donde estaban esperando las pickups de la gente del barrio para repartir a las familias.

¡Ah! Pero antes, me olvidé decir que un poco más abajo en el Barrio Borínquen, en una recta de la carretera, Jesús me comenta que debe ir con él (el del camión) porque poco más adelante es la cuesta más difícil. Olvidé también decir que Jesús –mi compañero de viaje– tiene licencia heavy  y conoce muy bien el manejo de camiones de carga pesada. Pues bien… ¡Nos quedamos en la cuesta¡ Menos mal que Jesús se fue con el camionero. El camión no quería subir. ¿Cual es la opción?, pregunto. Pues hay que quitarle carga para ver si sube. ¡Dale! Voy a subir y pedir que bajen algunas pickups para descargar aquí mismo. Se designaron algunos compañeros  y compañeras de la comunidad con sus pickups para bajar a descargar.

Las carnes, por suerte, cayeron en su lugar.

¡Acerca la guagua, acércala más!… ¡Hazme caso, acércala más! Es el único modo de lograrlo, decía Jesús.  Cholo, el compañero del sector Anón, confío en él (más bien creo que se asustó con el grito que le dio) y pegó la guagua. Al abrir la puerta de carga, cayeron todas las cajas de  carne directo al cajón de la pickup. ¡Menos mal! Ya bajamos la primera carga de carne y la dirigimos al punto de distribución en el sector La Plaza. Hay que seguir bajando carga en la jalda pues el camión todavía no sube. Se necesitan manos dentro del camión para poder bajar las cajas. Y así sin mucha gestión las manos estaban allí. Hombres, mujeres, jóvenes, súper adultos estaban allí disponibles en plena jalda para hacer más liviana la carga. Un joven con su joven esposa estuvieron subiendo y bajando carga en una pickup Chevrolet del ‘67 muchas veces. No recuerdo estos jóvenes en la comunidad. Pero sí recuerdo al padre del joven, Roberto. No se podía negar. Su hablar y gesto lo corroboran. Me detengo un momento en ellos porque sentí la mayor esperanza y alegría al verlos en su gestión y tarea. No los vi hablar demasiado, los vi hacer hasta al cansancio. Eran jóvenes bien jóvenes con una guagua bien vieja.

Se intentó dos veces y no subía. Quedaba un poco menos de la mitad cuando deciden probar con el camión por tercera vez.  ¡Ahora sí! Puede haber pasado hora y media bajando cajas en la jalda, pero ya vamos subiendo. En La Plaza (el sector), seguían organizando las cajas de alimentos que entonces iban a ser distribuidas por las diversas zonas con un equipo que ya estaba coordinado. Una de las líderes, Norma, mantenía una lista con las familias y a quién le correspondía la entrega. Se iba llevando las compras de acuerdo con las zonas y si la líder estaba preparada con su pickup designada. Las muchachas del Hato estaban listas. Ellas habían decidido llevar las cajas a un punto de Hato Centro y a un punto cerca del Centro de Envejecientes en Hato Arriba. Estaban listas con un altoparlante para avisarle a la gente. Estas mujeres proyectaban alegría en el trabajo. Son fuertes, cargaban las cajas, guiaban la guagua, anunciaban su llegada y compartían alegría. Además, iban a regresar para continuar ayudando pese a que una de ellas –Vanessa– tenía poco tiempo porque debía ir a cuidar a su abuela.

Al fin!!!!! En un punto estratégico, todo era distribuido en absoluto orden.

Alguna gente se acercó donde se estaba organizando la distribución a preguntar. Se dirigían a cada uno de las y los líderes que le correspondía la zona donde vivía. Ese ejercicio era importante. Así se podía  identificar líderes de los diversos sectores. Son diversos, diversas y funcionan como un equipo. El esfuerzo fue mayúsculo de todas las partes. El chofer tuvo que estar muchas horas en el proceso y claro que ayudó a descargar. Se hizo uno más. A Jesús, que no le tocaba esa misión, terminó dirigiendo una brigada de descarga y ayudando al chofer, con la suerte de que el trabajo que tenía proyectado en Guavate se canceló.

Chabela

El quipo comunitario con los y las líderes de cada sector se esforzaron con verdadero entusiasmo y mucha alegría. Los y las más jóvenes fueron parte importante para lograr toda la gestión. No hay duda del desprendimiento, de la energía que imparte la juventud. ¡Las mujeres! ¡Qué mujeres! Son las más. Lideresas, choferas, motivadoras, organizadoras. Fue un gran equipo. Todos demostraron que no hay jalda que nos detenga si somos capaces de distribuir la carga según las posibilidades de cada cual.  ¿Que si subimos la jalda? Con un equipo como ese, la jalda se subirá muchas veces. Siempre y cuando nos acompañe la fuerza y el entusiasmo que sale del Barrio San Salvador y su gente.

Trabajo, solidaridad, mano a mano, vamos con alegría.


Sobre Chabela Rodriguez
Chabela Rodriguez

Cantante y músicoterapetuta. Chabela estudió canto y música desde muy pequeña. Cuenta con un Bachillerato en Artes con una concentración en Música de La Universidad de Puerto Rico, Recinto de R


Únete a nuestra comunidad y apoya a PRTQ

Para continuar haciendo nuestra labor de forma económicamente sustentable, contamos con las contribuciones de nuestra membresía.

Por tan solo $5 al mes, nuestra membresía recibe un email mensual con un resumen de todos los artículos que publicamos ese mes, y tiene la habilidad de dejar comentarios en los artículos en nuestra página web y participar así de la conversación que generen nuestros y nuestras autores y autoras.