Resistencia campesina a los transgénicos
Ante la amenaza de la invasión de plantaciones de árboles transgénicos, el 5 de marzo de 2015 se llevó a cabo su primera liberación comercial en América Latina, protagonizada por cerca de mil mujeres del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) y Vía Campesina Brasil, quienes ocupando una planta de FuturaGene, propiedad de la transnacional brasilera Suzano Papel e Celulosa, arrancaron plántulas de eucaliptos transgénicos como muestra de rechazo al asalto mundial transgénico a la biodiversidad, la alimentación y los territorios campesinos e indígenas.
Ese mismo día, 300 mujeres de los movimientos ocuparon las instalaciones de la Comisión Nacional Técnica de Bioseguridad, Brasil (CNTBio), interrumpiendo la reunión que pretendía aprobar la primera plantación comercial de eucaliptos transgénicos, consiguiendo ambas acciones detener la decisión.
En la actualidad, como reporta el Movimiento Mundial por los Bosques, existen cientos de parcelas experimentales de árboles transgénicos en el mundo, la gran mayoría en Estados Unidos, China, Brasil y Canadá, aunque varios otros países del continente tienen investigación y alguna experimentación en esta área, incluyendo a Argentina, Chile, Costa Rica, Uruguay y México.
Al igual que los transgénicos agrícolas, estos fueron diseñados solamente para aumentar las ganancias de las empresas no para satisfacer alguna necesidad de la gente, pues según el MST los eucaliptos transgénicos tienen fuertes impactos negativos sobre los campesinos, la biodiversidad, el agua y la tierra. Esas plantaciones no permiten que nada subsista alrededor, debido al uso intensivo de agrotóxicos y a la enorme cantidad de agua que absorben para crecer, por lo que los movimientos los han llamado “desiertos verdes”.
Eucalipto= Sequía y hambre. Reforma Agraria= Trabajo y comida, pancarta del MST, contra el eucalipto transgénico. Foto: ecopolitica.net
En el caso de Brasil los eucaliptos transgénicos de FuturaGene fueron manipulados para crecer en solo 4-5 años, por lo que requieren aún más agrotóxicos y mucha más agua, aumentando dramáticamente la crisis hídrica en las regiones que se plante, donde en muchos lugares, ya es grave.
Los enormes monocultivos de eucalipto ya han desplazado miles de familias indígenas y campesinas dado el impacto que tienen sobre el suelo, que queda completamente agotado, envenenado y sin nutrientes, y las fuentes de agua de los alrededores desecadas. Además de todo esto, señala el MST, son una amenaza para los apicultores, mayoría campesinos, ya que si su miel se contamina de polen transgénico, las únicas opciones que tendrán será desechar la miel o etiquetarla como transgénica, lo que deteriorará la venta del producto.
No ostante la resistencia de campesinos e indígenas, en Brasil las empresas presionan por la legalización de otra peligrosa tecnología: Terminator, tecnología transgénica para hacer plantas suicidas, con semillas que se vuelven estériles al contacto con ciertos químicos.
La acción de las mujeres del MST frenó la decisión de la CNTBio en esta oportunidad, pero la amenaza de los árboles transgénicos sigue pendiente y al igual que ha sucedido con otros transgénicos en Brasil, su aprobación afectará en efecto dominó a muchos otros países.
*Artículo editado por PRTQ, tomado de la revista digital “América Latina en movimiento” titulado Brasil: Árboles transgénicos y resistencia campesina.
Sobre Diana G. Huanca
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