Radios comunitarias y derecho a la comunicación en Puerto Rico

Radios comunitarias y derecho a la comunicación en Puerto Rico

Foto suministrada.

*Por Diana Ramos Gutiérrez

Como proyectos de rescate, valorización y difusión del patrimonio inmaterial y material, en cualquier lugar, las radios comunitarias son un espacio para crear y recrear identidades. En varias realidades de países cercanos, como por ejemplo Haití, son el único acceso al patrimonio lingüístico (en su caso, creol), y en ocasiones la única vía para acceder a la información en su idioma. En las áreas rurales y en cualquier contexto, las radios comunitarias tienen el potencial de cohesionar y catalizar procesos individuales y comunitarios de desarrollo sustentable y de memoria colectiva. De ser un reflejo y registro activo de una verdadera identidad dinámica en su comunidad.

La comunicación se interrelaciona inherentemente con otros derechos; el de acceso a la información, la libertad de expresión, la participación ciudadana y la cultura. Su necesaria interacción constituye el derecho a la comunicación, contribuyendo así al ejercicio ya la posibilidad de concreción de todos los demás derechos. La comunicación, tal como explica María Mata (2009), posibilita la producción de significados y expectativas compartidas, constituyendo “espacios efectivos para el reconocimiento de las diferencias, de las coincidencias, para revelar y procesar conflictos, para establecer acuerdos”, permitiendo a su vez una re-informatización de la sociedad. (…) Trabajar para incorporar conocimientos, saberes que son negados, para cuestionar las agendas”. (Mata, 2009) y crear otras nuevas.

Son variados los aportes de las radios comunitarias en pro de la concreción de los derechos humanos y la democratización de la información. Las radios son espacios fructíferos de construcción y participación ciudadana, donde el patrimonio vivo es a la vez motivo de gestión y razón de ser de las radios. Donde la memoria es protagonista.

La radiodifusión comunitaria puede garantizar el empoderamiento de derechos, produciendo pertenencia y creando una búsqueda común para alcanzar el bienestar y la posibilidad democrática. Además de visibilizar las problemáticas sociales, económicas y ambientales, trascienden el ordinario flujo unidireccional de los medios masivos. Con ello, se ejercita más activamente el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el derecho a  “investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras”.

Dentro del Informe Especial sobre la Libertad de Expresión del año 2008, la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoció que los medios de comunicación comunitarios desempeñan “una función esencial no sólo en el proceso de inclusión social, sino como mecanismos para fomentar la cultura e historia, y para el desarrollo y educación de las distintas comunidades”. Esto, además de su importancia para que todos los sectores de la sociedad participen informadamente en el proceso democrático. En el informe de 2002, se expresaba que “la necesidad creciente de expresión de las mayorías y minorías sin acceso a medios de comunicación, y su reivindicación del derecho de comunicación, de libre expresión de ideas, de difusión de información hace imperante la necesidad de buscar bienes y servicios que les aseguren condiciones básicas de dignidad, seguridad, subsistencia y desarrollo”.

Las radios comunitarias en Puerto Rico no cuentan con ningún tipo de apoyo gubernamental ni existen para ellas fondos, becas o tampoco se le asigna publicidad estatal, ni se le asegura un cupo en el espacio mediático. El Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 2003 insta a los Estados a fomentar los marcos regulatorios que protejan y estimulen los medios comunitarios que “son especialmente críticos para asegurar a los grupos vulnerables su libertad de expresión y acceso a la información”.

El informe “Estándares de libertad de expresión para una radiodifusión libre e incluyente” de la Comisión Interamericana aborda el derecho de toda persona a contar con igualdad de oportunidades para recibir, buscar y difundir informaciones e ideas de toda índole por cualquier medio de comunicación sin discriminación. La Relatoría reitera que los medios de comunicación deben ser libres, independientes, vigorosos, pluralistas y diversos, para lograr así un adecuado funcionamiento del sistema democrático.

La comunicación es un derecho humano esencial para el desarrollo social, político y cultural de la sociedad. Esta concepción se encuentra ya validada en múltiples tratados internacionales de Derechos Humanos vigentes, en la misma jerarquía que los derechos a la salud, a la vivienda y a la educación, entre otros. Ha sido reconocido por varios estados, legalizando y promoviendo la existencia y necesidad de medios de propiedad social, además de los públicos y los estrictamente comerciales. Los medios de organizaciones sociales son la única posibilidad real de expresión de los sectores populares sin la mediación del poder económico o político.

Los medios comunitarios facilitan la organización y la movilización con sentido político de los núcleos sociales a partir de aspiraciones colectivas, reuniendo en sus núcleos comúnmente a defensores de derechos humanos, de la diversidad y el patrimonio. La radio comercial existe mayormente, para la industria misma, para la producción y comercialización de bienes culturales desde el olvido y la banalización. Las radios comunitarias son un arma contra el olvido, un vehículo sobre el que se empiezan a entender las personas y dialogan nuestros pueblos para el ejercicio y la promoción de los derechos humanos, las identidades, la memoria y el patrimonio.

* La autora es comunicadora social y gestora cultural. @dramosg


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