Por Túbal Padilla Galiano*

Esencia es el complejo turístico-residencial que se propone para la orilla sur de la Bahía de Boquerón. En 1,549 cuerdas de terreno, el desarrollo propone: 1,132 residencias, distribuidas en seis urbanizaciones y 6 edificios de apartamentos, así como vivienda para 500 empleados; seis hoteles con un total de 530 cuartos, clubes deportivos y dos campos de golf; dos centros comerciales, llamados Town Centers, con casi medio millón de pies cuadrados de espacio comercial; un hospital y una escuela K-12 para 1,000 estudiantes. Además de infraestructura incluyendo calles, plantas generatrices de electricidad, lagunas de retención de agua, y plantas de tratamiento de aguas negras. Los desarrolladores también dicen tener la intención de explorar la viabilidad de construir pozos y auto-abastecerse de agua. Por último, hay que señalar que los desarrolladores también parecen interesados en adquirir la pista aérea de Boquerón, pista de tierra anteriormente utilizada en la aplicación aérea de plaguicidas.

Lo anterior hace meridianamente claro que Esencia es, en realidad, una ciudad privada. Un enclave que no busca integrarse ni contribuir a la vida social y económica local. Con portones de acceso, guardias de seguridad y precios inalcanzables para la mayoría de los puertorriqueños, Esencia le da la espalda a Boquerón y a Combate, se ensimisma y aísla a la vista de todos.

Esencia, además, es un tipo de desarrollo distinto a lo que es característico en Boquerón y el sur-oeste de Puerto Rico. En la zona norte y noreste de la isla sí se encuentran desarrollos similares: inversión extranjera, grandes hoteles de marca internacional, residencias turísticas de lujo, casinos, all-inclusives, etc. Esta zona del suroeste es caracterizada por hoteles pequeños de capital local, casas de playa para alquiler de familias, Air B&Bs, pequeña escala, pequeños restaurantes operados por familias locales generación tras generación. El suroeste, y Boquerón y Combate en particular, son el destino interno por preferencia para los puertorriqueños que viven en la isla.

Esencia no provee una alternativa distinta en esta zona, mas bien rompe con la marca local y comienza un proceso de transformación. Este proceso amenazaría con convertir a la isla de Puerto Rico en un mercado turístico unidimensional, con una misma simple y repetitiva oferta. Esencia no distingue a Cabo Rojo de Dorado, ni a Puerto Rico de otros países caribeños apostando a los grandes hoteles y residencias turísticas de lujo.

Además de romper con la marca local y amenazar así la industria turística existente, Esencia es incompatible con los planes existentes para la zona.

INCOMPATIBILIDAD CON PLANES EXISTENTES

En Puerto Rico se critica mucho la falta de planificación. El verdadero problema, sin embargo, no es la falta de planes sino lo fácilmente que descartamos planes, estrategias y metas a largo plazo. La gratificación inmediata, la búsqueda de ganancias a corto plazo contradicen y hacen imposible el futuro anteriormente imaginado. Desechamos a nuestro prejuicio tanto las medidas y estrategias metódicamente desarrolladas como la inversión de tiempo y esfuerzo a cambio de muy poco.

En repetidos ejercicios de planificación, tanto el Municipio de Cabo Rojo como el Departamento de Recursos Naturales y otras entidades gubernamentales han concluido que los terrenos que Esencia pretende convertir en una ciudad privada, son de tal valor que necesitan ser protegidos del desarrollo para ser disfrutados por generaciones venideras, y para servir como atractivo turístico. Planes de uso de tierra, planes de protección de recursos de la Reserva Agrícola del Valle de Lajas, planes de desarrollo económico y turístico hacen claro que este proyecto no es compatible con las prioridades establecidas.

La propuesta de Esencia se vuelve especialmente repugnante cuando encontramos que para poder construir en algunas áreas al sur de la propiedad, los desarrolladores proponen extraer y desechar el subsuelo, que no tiene las características estructurales necesarias para construir sobre el, y rellenar con suelos que extraigan de las zonas altas de la propiedad.

INVIABILIDAD AMBIENTAL

No hay que ser ecologista experto para poder leer e interpretar verdaderos significados de lo que dice la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de Esencia. Además de los extensos comentarios en oposición sometidos por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico y el U.S. Fish and Wildlife Service, la inviabilidad ecológica del proyecto se hace evidente por la magnitud y costo de muchas de las medidas de mitigación propuestas. Las medidas de mitigación más difíciles ambientalmente o financieramente onerosas apenas son discutidas más allá de algo así como: se desarrollará un plan que cumpla con leyes y expectativas.

Un buen ejemplo de “mitigación” inefectiva es la propuesta de capturar y reubicar guabairos o mariquitas. Capturarlos y transferirlos a otro sitio es factible, pero son aves silvestres: ¿Cómo se va a evitar que regresen a donde fueron capturadas? ¿Van a re-capturar y volver a re-reubicar a los guabairos o mariquitas que vuelvan a la propiedad?

Los desarrolladores proponen mitigar la destrucción de humedales mediante la siembra de nuevos manglares. Pero los proponentes no identifican la finca o fincas en que sembrarían los nuevo manglares. Esto es una mitigación prohibitivamente costosa. En adición a comprar fincas en la costa y sembrar el mangle, hay que cuidarlo durante décadas mientras crece y se establece. Aunque otros desarrolladores han hecho la misma promesa, no conocemos de ningún desarrollador en Puerto Rico que haya cumplido después de completar su proyecto. Más aun, sabemos que en Cabo Rojo los desarrolladores del proyecto turístico residencial de la Marina de Boquerón nunca cumplieron con la orden de la corte de sembrar manglares como mitigación. Tampoco conocemos de ninguna agencia de gobierno municipal ni estatal haya intentado forzar el cumplimiento. Con Esencia no va a ser distinto.

INVIABILIDAD ECONÓMICA

Esencia ha recibido $497,691,636.80 en créditos contributivos, y además ha recibido exenciones de 90 o 100% por 10 años en toda una gama de áreas de actividad económica, como son los: impuestos sobre la propiedad, impuestos sobre ventas y usos, impuestos sobre ingresos, impuestos sobre combustibles, hidrocarburos y gases naturales, o impuestos y licencias municipales incluyendo patentes e impuestos sobre la construcción. Para colmo, aun no se ha hecho público los valores estimados de las exenciones contributivas otorgadas, que algunos expertos locales han estimado sobrepasa los $1,000 millones.

¿Cómo se puede considerar económicamente viable un proyecto que necesita tanto subsidio público? ¿Cómo se puede desviar este nivel de recursos de los servicios necesitados por la población puertorriqueña para subsidiar residencias de lujo, hoteles, restaurantes, restaurantes y boutiques de lujo?

Esencia pretende justificarse con la creación de empleos. Se hacen declaraciones de miles de empleos a ser creados, 17,000 durante construcción y 3,500 durante operaciones. Pero no se provee información de cuál es el estándar usado para definir 1 empleo. Proponemos que 1 empleo se defina como equivalente a 1 empleo a tiempo completo por al menos 18 meses consecutivos. Además exigimos se provea un desglose de los empleos en categorías de salarios a esperarse, y una contabilidad de cuantos son, de hecho, empleos a tiempo completo.

Más allá de algunos gerentes y otros profesionales, la inmensa mayoría de los empleos en complejos turísticos de este tipo son empleos de sueldos bajos, muchas veces temporeros y a tiempo parcial sin beneficios. Sabemos también que los desarrolladores planean construir alojamiento para empleados. Tenemos que asumir que estos 500 empleados que necesitan alojamiento son extranjeros, no puertorriqueños, y que vienen a ocupar posiciones de las mejor pagadas.

Esencia no se justifica como un proyecto de desarrollo económico en el cual invertir el nivel de recursos públicos que Esencia exige.

INVIABILIDAD POR INCAPACIDAD DE LA INFRAESTRUCTURA EXISTENTE

Infraesructura: Agua y luz

Hace años que Boquerón y Combate carecen de suficiente electricidad y agua para sostener el nivel actual de turismo. Durante los fines de semana y en temporadas de pico turístico, el voltaje eléctrico fluctúa y los apagones se multiplican, y en las duchas y grifos de las comunidades el chorro de agua se reduce a un hilo. Tal es el problema que los desarrolladores se proponen generar su propia electricidad, además de extraer, bombear y tratar su propia agua potable, y construir una planta de tratamiento de aguas negras.

Que quieran proveerse de su propia electricidad no sorprende a nadie. Lo del agua es otra cosa. Los terrenos costeros de Cabo Rojo son áridos, los pozos en la zona producen muy poca agua y esa agua puede ser salobre. La posible necesidad futura de desalinizar el agua de tales pozo haría muy costosa la operación. Entendemos que su intención no es hincar pozos sino más bien distraer la atención de las comunidades mientras obtienen sus permisos.

Gran parte del agua que llega a Boquerón y Combate por las cañerías de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, viene del Valle de Lajas. Conectándose a la AAA Esencia no sólo se robaría el agua que ya apenas llega a la comunidad, sino que que además sustraería agua que hoy sirve residencias y fincas en el Valle.

Procurando su propia electricidad y agua, la ciudad privada de Esencia evidencia cuan ensimismada y de espaldas a Boquerón será su operación.

Infraestructura: Carreteras y tránsito

Según el estudio de tránsito de la Declaración de Impacto Ambiental de Esencia, los impactos son mínimos, pero las intersecciones estudiadas son insuficientes. El análisis incluyó cinco intersecciones, desde la intersección PR100-PR301 en el extremo norte del área estudiada, hasta la intersección PR301-PR3301 en el extremo sur. El problema es que los automóviles no aparecen por arte de magia en la intersección PR100-PR301. La PR100 y la PR101 son las carreteras por las que se llega a la intersección PR100-PR301. Y esta carreteras, PR-100 y PR-101, ambas ya sobrepasan su capacidad de servicio la mayoría de los días, sin los cientos de vehículos que añadiría Esencia.

Las proyecciones de tránsito a ser generado también son deficientes por ser muy conservadores. Entre 1.4 y 1.9 viajes por residencia unifamiliar por día en semana; y entre 0.84 y 1.30 por día en semana por residencia en edificios multifamiliares. Los cuartos de hotel proyectan entre 0.13 y 0.84 viajes por cuarto de hotel por día en semana.

Estos estándares de generación son muy conservadores. Además, ¿Cómo se explica que de una urbanización uni-familiar a la otra los residentes salgan fuera del complejo hasta 25% más? ¿Cómo se explica que las familias residiendo en edificios multifamiliares salgan del complejo hasta 60% menos que familias en urbanizaciones unifamiliares? ¿Cómo el hotel Brand 4 con 120 habitaciones genera sólo 16 viajes al día durante los días en semana y apenas nueve en sábados?

Las proyecciones llaman a la desconfianza de otras formas. Por ejemplo, no incluyen estimados de tránsito a ser generado durante construcción u operación por trabajadores entrando y saliendo a sus empleo. Tampoco incluyen proyecciones de tránsito a ser generado por los casi 500,000 de pies cuadrados de espacio comercial en los Town Centers. La escuela K-12 de 1,000 estudiantes también presenta un patrón de generación de viajes muy interesante, en la mañana llegan a la escuela 498 vehículos pero en la tarde salen sólo 292. Y es muy curioso que este complejo turístico genera menos tráfico durante los fines de semana que en los días en semana.

Aun con los conservadores volúmenes de tránsito proyectados, los proponentes plantean como necesarias ciertas mejoras a las carreteras pero concentran la intervención en las intersecciones en dónde se entrará a Esencia. El aumento de tráfico requiere que la PR301 sea mejorada con paseos a cada lado para permitir mover vehículos averiados o accidentados a la orilla, evitando así grandes embotellamientos. Además si se analiza el actual volumen y el impacto del proyecto en las carreteras PR100 PR101, seguramente se identificarán necesidades adicionales de mejoras a esas carreteras. Los proponentes tampoco consideran ni proponen remedio al deterioro acelerado de las carreteras que causarán los camiones durante la etapa de construcción.

Infraestructura: Desperdicios sólidos

El vertedero de Cabo Rojo está hoy día cerrado y sirve sólo como una estación de transferencia de desperdicios a otros camiones para ser llevados a Mayagüez. Aun no tenemos fecha para cuándo estará lista la nueva celda que se añadirá al vertedero de Cabo Rojo. Tenemos que preguntarnos por cuánto se va a reducir la vida útil de esa futura, nueva celda con las 23 a 35 toneladas de desperdicios que los proponentes admiten que generará Esencia a diario durante la etapa de operaciones.

En su declaración de impactos, los proponentes dicen que al momento “se propone” que los desperdicios generados sean separados en el origen, eso es en las residencias, comercios u hoteles en donde se generen. Esto no debe ser una opción, debe ser una obligación. Como también se debe obligar a Esencia, ya que no lo ofrecieron de manera voluntaria, una vez más demostrando poco interés en la salud ambiental de Boquerón, a compostar todo lo compostable y a reciclar todo lo reciclable. Más aun, por el volumen que ha de esperarse de desperdicios de vidrio, Esencia debería también comprometerse a reciclar todo el desperdicio de vidrio generado.

 CONCLUSIÓN

De ser construido, el proyecto Esencia se convertiría en el mayor generador de desperdicios de Cabo Rojo, pero igual que con los problemas de luz y agua, en ningún momento los desarrolladores han demostrado interés en contribuir a resolver estos problemas colectivos. Aparte de que les demos créditos y exenciones contributivas, no quieren saber de nuestros problemas porque no vienen a hacerse parte de nuestra comunidad.

Digamos: ¡No a Esencia!

Ponencia presentada en vistas públicas celebradas en Cabo Rojo

*El autor es planificador urbano jubilado.

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