Por nuestros amigos de cuatro patas

Por nuestros amigos de cuatro patas
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El cuidado y el amor a los perros no se riñe con la necesidad de la esterilización, sostuvo Carmín Peréz.

Si bajan por la carretera 198, saliendo de Plaza Las Piedras en dirección hacia Humacao, se percatarán de los muchos perros que deambulan por esas áreas, en busca de alimento y lugares donde guarecerse del impredecible clima y de algún carro que vaya a exceso de velocidad. Sin embargo, a eso de las 7:30 de la mañana posiblemente se encuentren con Carmen Torres Torres, mejor conocida como Carmín, quien cada mañana pasa con su guagua cargada de provisiones como comida, agua y medicamentos necesarios para ayudar a estos animales.

Carmen Torres Torres es jubilada del gobierno hace ya treinta años. Ha dedicado su esfuerzo, tiempo libre y dinero a ayudar a aquellos que más lo necesitan pero no tienen voz para pedir ayuda. Si, nuestros amigos de cuatro patas. A Carmín le da mucha tristeza ver las condiciones en las que son abandonados los perros en Puerto Rico. “No es fácil, pero aquí estoy, y alguien tenía que hacerlo”, manifestó Torres.

Por esa misma razón se dio a la tarea de contribuir a la solución del problema, que ella entiende es la sobrepoblación y la falta de educación de las personas respecto a la esterilización de las mascotas. Según Carmín, las personas tienen una concepción errónea de lo que conlleva este procedimiento. “Creen que si uno castra un perro va a ser menos perro, que si esterilizan a una perra va a ponerse más gorda, y son falacias”, sostuvo.

Al esterilizarlos, a veces  ocurre que las perras escapan y otro perro las preña y tienen cachorros. Luego que tienen los cachorros pasan una de dos cosas. La primera, si la perra era de raza y el perro sato, los potenciales “dueños” no quieren los cachorros porque no son perros de raza. Cuando el dueño sí lo quiere, ocurre que no quieren más de uno. Y es ahí donde nos encontramos nuevamente con el problema de la sobrepoblación y el abandono.

Nos enfrentamos entonces a una gran cantidad de perros abandonados, una población que estima en alrededor de 300, 000, y que sigue reproduciéndose. Es por esta razón que Carmín decidió ir resolviendo el problema poco a poco.

“En mi ruta van a notar que todas las perras yo las tengo esterilizadas. Yo me organicé e hice un ‘budget’ para ir esterilizándolas poco a poco. Dejé algunas en la calle porque no me las puedo llevar, pero por lo menos ayudo a que no haya la sobrepoblación”.

Fundan Santuario Mi Pequeño Albergue

Los perros abandonados son un problema para la seguridad de estas mascotas y para las personas que viven cerca. Como no tienen las vacunas necesarias, pueden provocar problemas de salubridad pública al transmitir enfermedades a los seres humanos como la rabia, la sarna, parásitos intestinales, entre otros. Por estas razones Carmín y otras personas han unido esfuerzos para intentar mitigar la cantidad de perros abandonados en las calles.

Junto a ocho rescatistas más, Carmen Torres Torres se dio a la tarea de crear un espacio para cuidarlos y poder brindarles un hogar. Fue así como un 9 de octubre del 2009, en un antiguo taller de mecánica en Humacao, se creó el Santuario Mi Pequeño Albergue, una organización sin fines de lucro.

En un espacio pequeño, se hizo algo grande. Se preparó el taller con jaulas, productos de limpieza, medicamentos y comida y allí colocaron a los perros. A cada uno se le puso las vacunas necesarias y se esterilizaron. “El propósito de nosotros como rescatistas es tratar de sacar la mayor cantidad de perros de la calle, pero no es fácil, porque ¿dónde los vamos a poner”, reclamó Torres Torres.

El problema estriba aquí. El Santuario Mi Pequeño Albergue, actualmente, tiene a su cargo 29 perros. Cantidad que no puede aumentar más pues los rescatistas a penas dan abasto para hacerse cargo de ellos y de la limpieza. Por esta razón el santuario depende grandemente de la adopción de estos animalitos, pues les da espacio para los perros nuevos que llegan constantemente. “A veces rescatamos uno, lo habilitamos, lo ponemos para adopción, lo llevamos y cuando regresamos tenemos tres o cuatro perros al frente de nuevo”.

Lamentablemente la realidad que enfrentamos es desalentadora. Día tras día vemos más perros abandonados en las calles del país. Carmín adjudica este problema a la irresponsabilidad de la gente, su falta de sensibilidad y la falta de educación de las personas en torno al tema de la esterilización. Por esta razón, rescatistas como ella, hacen un llamado al público para que no compren perros, si no que vayan a los albergues y santuarios y adopten a estos perros.

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Sobre Ana Umpierre
Ana Umpierre

Estudiante de Periodismo de la Escuela de Comunicación, Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Pertenece al Seminario sobre Periodismo Comunitario que coordina el profesor Luis Fe


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