Ojo de Lí: Comestibles de Puerto Rico como Accesorios

Ojo de Lí: Comestibles de Puerto Rico como Accesorios

Por Cristina Ramírez Doval

Al enfrentarse con el panorama económico actual, la necesidad de reinventarse ha sido vislumbrada por muchos puertorriqueños, sin importar en qué rincón de la Isla se encuentren. El nivel de educación, trasfondo y estatus económico ya no cuentan como factores influyentes al tomar la decisión de emprender. Más bien se trata de una corriente que muchos siguen con tal de mantenerse productivos sin perder la creatividad.

 

Este es el caso de Cristina Lee González, creadora de las líneas de prendas Plaza del Mercado y A Lo Criollo. La joven, residente en Mayagüez, se enfrentó con lo poco lucrativo que eran sus empleos a tiempo parcial. Por tal razón, decidió comenzar a confeccionar adornos que fuesen lo suficientemente exitosos como para venderlos.

Anteriormente, González fue estudiante de Cosmetología y Artes Gráficas, sin embargo, nunca había practicado el arte de elaboración de joyería. Comenzó a trabajar en Ojos de Dios, mejor conocidos como “dream catchers”. “Los usaban más bien la tribu Huichol en México dependiendo de los colores para llamar lluvia o para tener sus danzas…también hoy se utilizan para protección de los cuartos porque dicen que el Ojo percibe lo que no se puede ver a simple vista y protege el espacio donde tú lo tengas”, explicó sobre dicho artefacto.

La venta de este producto fue todo un éxito, tanto así que el volumen de órdenes y el tiempo que toma su elaboración provocaron que González tuviese que controlar la cantidad que producía. Pese a que admite le fascina trabajar en este tipo de arte, optó por diseñar prendas que fuesen más costo efectivas en cuanto al factor tiempo. Fue entonces como, por medio de autogestión, comenzó a aprender a trabajar con arcilla polimérica. Dicho material es moldeable y según muchas páginas web de arte, sirve para una infinidad de manualidades.

González decidió crear un concepto particular al trabajar con la arcilla polimérica pues comenzó a elaborar adornos que representan las comidas típicas de Puerto Rico. La colección que originó todo la llamó Plaza del Mercado puesto que los adornos confeccionados son alimentos que usualmente se encuentran en estos lugares. Luego, procedió a la segunda  línea de sus creaciones, A Lo Criollo. Esta se dio a conocer más y atrajo la mayor cantidad de clientela, aunque los Ojos de Dios gozaron de la misma popularidad.

Entre la variedad que ofrece, A Lo Criollo cuenta con diseños de comestibles tales como tostones y pinchos. Al momento, González trabaja desde su hogar, con un horno el cual utiliza para la confección de sus prendas. Acude constantemente a la plaza de Rincón, donde un grupo de artesanos colocan mesas para vender sus creaciones. Además, la línea A Lo Criollo se puede encontrar en Orobela Café Boutique en Boquerón.

Además de continuar con esta llamativa colección, González anunció que añadirá flora y fauna del País a su oferta. Se ha trazado como meta el poder abrir eventualmente su propio establecimiento, en el cual pueda también vender artículos para el hogar bajo el mismo concepto. Ya que ha encontrado en el arte no solo una entrada económica, sino su pasión, González tiene en mente varios proyectos a los que dará rienda suelta, y todo gracias a la acogida que han tenido sus diseños. Toda persona interesada puede encontrarlos en su página de Facebook, Ojo de Li  (presione aquí para verla).


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