Ante los recientes acontecimientos en torno a la insistencia del actual gobernador Pedro Pierluisi y la Junta de Control Fiscal de defender la agenda de privatización de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), mediante la cesión por contrato a LUMA, Puerto Rico Te Quiero (PRTQ), se une a las voces que se posicionan en defensa del servicio público de energía eléctrica.

Siendo un medio al servicio del desarrollo comunitario, uno de los valores constitutivos de nuestra formación es el apoyo y la defensa de los derechos humanos y la calidad de vida de nuestra sociedad. Por tal razón, argumentamos en contra de la privatización de la energía eléctrica en la medida en que tal acción, pondrá bajo mayor precariedad a las comunidades más vulnerables del país. Más aún, cuando dicha acción lleva a la formación de un monopolio privado de distribución de energía.

Cabe destacar que la razón por la cual se creó un sistema público energético fue precisamente, por la importancia del acceso a la energía, cosa que no puede estar sujeta al análisis costo-beneficio del mercado libre. Es decir, la razón de ser del aparato público, es proveer un servicio, indiferentemente del costo para su acceso. La razón de ser de lo privado, es generar ganancia.

Ello es importante, en la medida en que nuestro sistema eléctrico cuenta con sectores y comunidades, en las cuales evidentemente no es costo efectivo genera el servicio, todo esto partiendo de un análisis puramente económico.

Por tal razón, nos preocupa la posibilidad de que nuestras comunidades, se vean aún más vulnerables al ser expuestas a decisiones basadas en costo-beneficio privado, y no en el deber de proveer un servicio. Ello lleva no sólo a que amplios sectores rurales se enfrenten a semanas sin servicio de luz, sino también el trato preferencial a sectores de mayor poder adquisitivo o de mayor cantidad en población.

El cierre, casi inmediato, de sucursales en pueblos rurales es una muestra palpable de la dinámica de ganancia a expensas del servicio. Ello sin mencionar, los intentos de LUMA Energy, de forzar a los consumidores a firmar hojas de relevo de responsabilidad de los actos que lleven acabo como compañía. Todo ello sumado al posible aumento de un alza al costo de la luz en los próximos años.

Es cierto que la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), sufría de múltiples problemas que ameritaban ser atendidos, mediante una reforma energética cabal. No obstante, dicha reforma debía contar con la participación de amplios sectores del país, garantizando la defensa de los activos públicos y la priorización del servicio, por encima del costo. La venta y privatización de nuestro sistema eléctrico, sólo tiene como consecuencia el empeoramiento de nuestra calidad de vida, para el beneficio de unos pocos. Nos toca trazar otra ruta.

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