Internado une a tres boricuas en Nueva York

Internado une a tres boricuas en Nueva York

por Cristina Ramírez Doval

La influencia de los puertorriqueños en el diario vivir de Nueva York es muy percibida, y aunque se aprecia más en ciertas zonas que en otras, es indiscutible. Tal y como la salsa evolucionó en esta ciudad, así lo han hecho sus residentes boricuas. Muchos han estado todas sus vidas en La Gran Manzana, sin embargo, existe una gran porción que ha llegado recientemente, con recuerdos de la Isla que permanecen intactos.

Los ciudadanos que se mudan a otros estados tienen razones completamente diferentes entre sí. No obstante, Puerto Rico Te Quiero logró dialogar con tres egresados del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, cuyo motivo para estar en Nueva York es un internado en Salud Pública.

Walter Ramos Amador y Alexandra Rivera González fueron admitidos al programa casi simultáneamente y por ende, han estado en la ciudad por ocho meses. El internado dura de tres a seis meses, según el proyecto que se trabaje. En el caso de ellos, al ser investigadores de casos de asma y salud mental, su periodo de estancia se extendió a seis meses.

A pesar de que ambos se han hospedado lejos de sus hogares dentro de Puerto Rico, los jóvenes piensan que la experiencia actual es una completamente nueva y distinta. “Uno se hospeda [en la Isla], pero puedes ir los fines de semana a casa de tus papás, y cualquier cosa ellos te ayudan”, señaló Rivera González. Esta, quien es original de Canóvanas, opinó que Nueva York carece en cierta forma de un sentido de comunidad. “Todos están en las de trabajar, en su rutina, el trabajo es todo y no hay sentido de unión”, mencionó.

Por su parte, Ramos Amador reflexionó sobre la manera en que se ha independizado gracias a vivir en Nueva York. Pese a que era residente en San Juan y se hospedó en Ponce para estudiar Medicina, no ha sido hasta ahora que ha logrado percibirse como realmente autosuficiente. “Uno se acostumbra a estar solo, a mí me encanta, camino a los lugares sin compañía y disfruto de mi soledad”, aseguró. De la misma forma dijo sentirse su otra compañera de internado, Frances Morales Ramos, quien afirmó estar fascinada con la fusión de culturas que ha podido conocer durante su tiempo de internado, que apenas comenzó en febrero de este año. “Me encanta despertar todos los días y decir estoy en Nueva York, es completamente distinto a Puerto Rico, me encanta mi ambiente laboral, no me quejo de los que trabajan aquí”, destacó.

En el caso de Morales Ramos, la joven nunca había vivido fuera de su hogar antes de ser aceptada en el internado de Salud Pública. Su estancia podría durar hasta mayo o quizás agosto, de acuerdo al tiempo que tome su proyecto. El mismo consiste de una investigación en pediatría y salud pública tomando como áreas de estudio a Puerto Rico y las Islas Vírgenes.

 El internado ha motivado a los tres profesionales de la salud a continuar superándose de modo que al regresar a su país puedan aportar con sus conocimientos. “Es algo muy importante, es vital para Puerto Rico dado lo que pasó durante [el huracán] María, cosas tan importantes como la logística, la preparación ante emergencias, los servicios de salud, la capacidad de proveer agua potable, hicieron falta y fue notable”, indicó Morales Ramos.

A su vez, esta enfatizó que la Isla tiene “buenas raíces” en cuanto a profesionales de la salud pública, y sin embargo, se les debe permitir que proliferen y creen vínculos con el Gobierno. “Esto es lo que provoca cambios, la creación de políticas públicas”, concluyó.

Rivera González, quien va a comenzar su grado doctoral en septiembre al igual que Morales Ramos, sostuvo que su propósito es mejorar como profesional para aplicar lo que ha aprendido en Puerto Rico. “Ese es mi propósito con la investigación, aplicar los resultados en mi país”, confirmó, aseveración que también hizo su compañera. Por su parte, el joven Ramos Amador comentó que gracias al programa bajo el cual ha trabajado tiene planes de continuar estudios doctorales en el área de asma. Este tiene dudas sobre si regresará a la Isla dada la escasez de oportunidades laborales que existe al momento.

Los tres se dedican arduamente a crear conocimiento y datos estadísticos para el campo salubrista. De hecho, coincidieron en que, sin importar si logran regresar o en qué momento lo hagan, los une el deseo de llenar las brechas de conocimiento que existen en la salud pública, que es la que se encarga del bienestar general de una población. A pesar de que se encuentran fuera del País, trabajan con el bienestar de los puertorriqueños en mente.


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