Iglesias se reinventan para continuar trabajo comunitario

Iglesias se reinventan para continuar trabajo comunitario

Foto: Laura Ayala | Equipo que viajó hasta Bahamas para apoyar familias que lo perdieron todo tras el paso del huracán Dorian.

Las medidas aprobadas por el gobierno ante el repunte en casos de Covid-19 movieron a diversas denominaciones religiosas a reinventarse y desarrollar maneras alternativas de continuar sus proyectos comunitarios.

Las directrices incluidas en última Orden Ejecutiva provocaron molestia en la comunidad cristiana. La Coalición Nacional Latina de Ministros Cristianos (CONLAMIC), hizo un llamado a la gobernadora, Wanda Vázquez Garced, a que excluyera las congregaciones de la ordenanza.

“La Corte Suprema de los EEUU, reconoce la constitucionalidad y labor esencial de las Comunidades de Fé. Pedir un cierre total no debe ser la primera opción”, declaró el reverendo Miguel A. Rivera, presidente de CONLAMIC.

Según Rivera, una forma de prevenir el contagio es proveyendo a las iglesias la opción de presentar protocolos, donde los líderes religiosos se responsabilicen de velar por las medidas de distanciamiento físico. Esta postura generó malestar entre muchos ciudadanos, ya que vieron la petición como una falta de consciencia ante el repunte en los contagios. Sin embargo, un grupo de líderes religiosos no respalda este acercamiento y han utilizado la creatividad para continuar con su labor y acercamiento a sus feligreses.

Para la pastora de la Primera Iglesia Bautista de Río Piedras (PIBRP), Laura Ayala, si bien la constitución de Estados Unidos y Puerto Rico establecen la separación de iglesia y Estado,  este último debe encargarse de regular los asuntos de interés público.  En ese sentido, Ayala plantea que las iglesias deben acatar la Orden Ejecutiva porque es cónsona con los principios de amor al prójimo que promueven los cristianos, al ser el Covid 19 una amenaza a la vida de las personas.

Ayala cuenta que a pesar de que las órdenes ejecutivas previas fueron más flexibles, la PIBRP no abrió sus puertas a sus congregantes, reconociendo la peligrosidad de la pandemia para los adultos mayores de 65 años.

“Desde el primer día identificamos métodos alternos para mantener contacto. Llamadas en conferencia para el tiempo de oración, estudios bíblicos por Zoom y Facebook Live para transmitir los cultos los domingos”, señaló Ayala. Para la dirigente de la iglesia ríopedrense, “la iglesia es la gente, no el templo. Por lo tanto, se cierra el templo, pero la iglesia no se cierra, sino que está donde quiera que están los creyentes”.

Buscando opciones para continuar su labor, Ayala comentó que han tenido que ofrecer nuevos servicios, ya que son varios los feligreses que han perdido sus empleos a causa de cierre forzoso por el virus. Añadió que ninguno de los empleados de la PIBRP ha dejado de cobrar y que mantienen sus contratos.

“Coordinamos vales de alimentos a madres jefas de familia que quedaron desprovistas de empleo (43 familias), llevamos compras a nuestros hermanos más vulnerables, apoyamos a hermanos y hermanas que se quedaron sin ingresos por el cierre. También repartimos comidas a personas sin hogar que nos hizo llegar el Comedor de la Kennedy y otros 1,600 almuerzos para nuestras comunidades. Luego empezamos a cocinar y salieron más de 8,400 platos de almuerzos en siete semanas”, detalló Ayala.

Otra de las nuevas tareas que han adoptado en sustitución de la predica y el estudio de bíblico, es proveer materiales de protección personal a los feligreses, como mascarillas y sanitizador. La PIBRP inclusive viajó hasta Bahamas, donde ayudaron a varias familias que lo perdieron todo ante devastación del huracán Dorian.

“Junto a Praying Pelican Missions, nos fuimos un grupo a reconstruir, a dar apoyo emocional, a acompañar y levantar las manos caídas de iglesias y pastores. Regresamos dolidos, pero agradecidos a Dios por la experiencia”, expresó Ayala.

Las misiones de restauración y rehabilitación de hogares no se limitaron a las Bahamas, sino que tres años después del paso del huracán María, la PIBRP ha completado la reparación de 13 techos para familias que continuaban con toldos azules.

Una parte fundamental del funcionamiento de las iglesias son las aportaciones semanales de sus feligreses. Se le preguntó a Ayala cómo han levantado fondos, partiendo de la premisa que la mayoría de los diezmos se recolectaban durante los cultos. En ese sentido, la PIBRP ha destacado “la importancia de ofrendar la vida: tiempo, talento y tesoro”, expresó Ayala.


Sobre Ángel Pérez Soler
Ángel Pérez Soler

Trabajador Social e Historiador


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