¿Está la economía norteamericana aproximándose a un periodo de “estanflación”?

Por Estudios Técnicos, Inc.
Desde abril, con el inicio de las intensas y fluctuantes iniciativas arancelarias del presidente Trump, ha ido aumentando la preocupación de si la economía norteamericana entraría en la fase de “Estanflación” (en inglés “stagflation”), una condición que se caracteriza por la combinación de inflación alta, estancamiento económico, y un desempleo alto.
Esta preocupación estuvo muy presente en la decisión en julio del Fed de mantener su tasa de interés estable. Los sectores de manufactura, construcción y comercio al detal y al por mayor, que son sensitivos a los impactos de aumentos tarifarios, reportaron aumentos muy débiles en sus respectivos empleos en julio, con la manufactura mostrando dicha tendencia por tres meses consecutivos. Los precios de artículos para el hogar, ropa, y vehículos usados están repuntando. Junto con un dólar débil, se presentan como indicadores que sugieren un mayor riesgo de “stagflation”.
Un dólar débil típicamente empuja al alza los precios de las importaciones de bienes y servicios, lo que, a su vez, contribuye a una mayor inflación. Esto acompañado por un crecimiento económico muy débil define una “estanflación”. Aumentos significativos en aranceles a importaciones de bienes son “estanflacionarios”, ya que contribuyen simultáneamente a aumentar la probabilidad de una desaceleración económica, a la vez que conducen a un aumento en los precios. También, se ven afectadas las empresas a través del aumento en el costo de sus importaciones.
Las implicaciones directas de esta condición son importantes, no solo para la economía agregada norteamericana y la nuestra, sino concretamente para los consumidores que ven limitadas las posibilidades de una mejoría en sus ingresos a la vez que su capacidad de consumo disminuye por la inflación.
El crecimiento económico en EE.UU. para el segundo semestre reflejan un crecimiento en torno a un 1.2%, con una tasa de inflación de 3.0%, y un repunte en el desempleo.
Los datos de los próximos dos meses de inflación y el empleo privado deberán arrojar una mejor idea sobre la dirección que tomará la economía de EE.UU. Por una parte, el impacto de las tarifas sobre los consumidores y las empresas estará en gran medida determinado por la fortaleza del dólar, como se mencionara antes. Un dólar fuerte mitigará dichos impactos, uno débil los incrementará al encarecer las importaciones. De darse una tendencia inflacionaria sostenida y un entorno económico de muy poco crecimiento, resultaría en una “estanflación”. Puerto Rico no estaría exento de esta tendencia y sus consecuencias, algo que ya sufrió en la década de los setenta.
- Edición #20 de Al punto, publicación periódica de Estudios Técnicos, Inc. sobre temas de actualidad.
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