Cuatro días: Estado de Emergencia para encontrarnos vivas

Cuatro días: Estado de Emergencia para encontrarnos vivas

Foto | Luis López

Pasaron cuatro días para que el Estado y su aparato represivo asumieran una búsqueda e investigación activa. Pasaron cuatro días en un país dónde matan a las mujeres con la misma impunidad e indiferencia que roban, endeudan y empobrecen al pueblo. Pasaron cuatro días sin buscarla, cuatro días, sabe dios dónde estaba, quizá a pocos metros de su casa, quizá encerrada, sabrá dios a qué tortura expuesta en esos cuatro días. Hoy han pasado catorce días, y diez días después hallan a una de nosotras en estado de putrefacción. Pasaron cuatro días y el Estado no la buscó.

Hay quienes nos dicen feministas “histéricas”, hay quienes nos llaman dramáticas, hay quienes nos acusan de “mentirosas”, o de “rebeldes sin causa”, en un país dónde matan a las mujeres. Somos muchas las que llevamos el duelo de estos días, de todos nuestros días, ese duelo eterno que nos lleva pasando desde que tenemos memoria colectiva de la historia y el destino que nos han dejado a las mujeres.

EXIGIMOS UN ESTADO DE EMERGENCIA porque nos están matando. ¿Por qué nos están matando? Ese es el dato; para algunos meramente un dato, para otres una mentira, o casos aislados e insignificantes. Para otras es la pregunta, quizá la pregunta de cada una de las que nos han quitado – cuando le han arrebatado la vida, ¿qué se habrá preguntado? Pienso en ellas y creo que todas se lo han preguntado, todas nos estamos preguntado ¿por qué nos están matando? Sabemos que es el patriarcado, pero nada en la teoría se comprende mejor que cuando se pone a prueba en la práctica. “Patriarcado” suena a palabra rebuscada, pero está en las acciones, aún en las más minúsculas.

El patriarcado son los cuatro días sin buscarla, el patriarcado son las excusas, las disculpas vacías, el patriarcado es el dolor y las pocas palabras, el patriarcado es el miedo, el terror de que puedo ser yo, que puedes ser tú, que podemos ser todas mañana, que nos falta una y que después de todo las historias de unas son las historias de todas. Que no tenemos más espacio, que no hay oxígeno que sea suficiente, que no hay justicia, que no hay descanso, que no hay olvido. La indiferencia nos está matando. La cultura de violación nos está matando. El silencio y la complicidad de las autoridades, nos está matando. Nos matan cada vez que dicen, “esa se escapó con un novio”, ” se lo buscó”, “qué hacía una mujer sola”, ” por qué andaba en la calle a esa hora”, ” tenía ropa provocativa”, “le pasa por rebelde”, ” fue infiel a su pareja”, “ella miente”, ” es una puta”.

Rosimar estaba frente a su casa, no fue el lugar, no fue la hora, no fue la falda, fue el macharrán. ¿Qué hubieran dicho si hubiera estado en otro lado, o si hubiera tenido otra ropa, o si hubiera estado de fiesta, o si hubiera sido de madrugada? Esa es la pregunta que tiene respuesta en cada uno de los mensajes bajo las noticias en las redes sociales, que tiene respuestas en nuestras historias, en nuestras experiencias. Esa es la pregunta que la sociedad responde a la ligera, que la gente da como si se tratara de un ser sin importancia, así nos tratan a las mujeres. Seguro esa también ha sido la pregunta que nos hemos hecho cuando queremos denunciar y no lo hacemos, cuando nos creemos que lo hemos fomentado, cuando pensamos en pedir ayuda, en huir, y quien sabe si esa es también la pregunta que nos hemos hecho en este duelo, y en la muerte cuando nos matan.

La respuesta del estado fueron esos cuatro días sin buscarla.

Y todavía hay quienes no sienten la urgencia, y todavía no se entiende por qué es necesario un Estado de Emergencia. ¿Qué hubiera pasado si estuviera declarado un estado de emergencia? Esa es la pregunta que nos hacemos en este duelo, esa es la pregunta que nos hacemos en cada muerte, porque nos matan, ¿por qué nos matan? ¡Porque nos matan! Si hubiera un Estado de Emergencia, no hubieran podido esperar esos cuatro días, hubieran salido a buscarla para encontrarla viva.

 

*Nota – Este escrito se publicó originalmente en el blog Matertransmutar.


Sobre Adli Cordero Espada
Adli Cordero Espada

Adli Cordero Espada es una trabajadora social y activista feminista. Es también fundadora y directora del blog Matertransmutar.


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