CDFI: Oportunidad para la creatividad cooperativista

CDFI: Oportunidad para la creatividad cooperativista

Foto tomada de Liga de Patriotas.

A]/dropcap]sistimos al nacimiento de una nueva civilización. En mis tiempos juveniles, cuando querríamos construir algo nuevo y diferente a lo que las generaciones anteriores nos habían dejado de herencia, le llamábamos Civilización del Amor. Muchos y muchas todavía estamos construyendo esa nueva manera de convivir con todas las formas de vida.

No sabemos con exactitud cómo será esa nueva civilización. Lo que sí sabemos es que ya está en construcción. Se manifiesta en las nuevas formas de entender y hacer economía. En el rescate de la agricultura, lo comunitario, de relacionarnos entre nosotros/as y con las demás formas de vida.

Esas nuevas manifestaciones no son todavía mayorías. Pero siguen reproduciéndose porque lo existente no sostiene la vida. Es una dinámica global que nace desde los sectores marginados. Desde las periferias.

Entonces, ¿qué puede aportar el cooperativismo puertorriqueño a estas nuevas expresiones de nueva civilización? ¿Qué se requiere para que se manifieste toda su esencia solidaria? Comencemos por decir creatividad. Y hoy tienen un instrumento que los puede catapultar a un estado superior de ser cooperativas. Se llaman Community Development Financial Institutions (CDFI) o Instituciones Financieras para el Desarrollo de las Comunidades. No es sólo una oportunidad para capitalizar las operaciones. Eso es bueno, pero ese no es el fin.

La certificación la otorga Departamento del Tesoro de los EEUU a instituciones financieras con o sin fines de lucro que demuestren que atienden eficientemente a comunidades y personas de bajos ingresos.  En Puerto Rico existen organizaciones sin fines de lucro que tienen esta certificación y recientemente poco más de 61 cooperativas de ahorro y crédito.

CREATIVIDAD: UNA OPORTUNIDAD HISTORICA

Los fondos CDFI son una excelente oportunidad para crear productos financieros que de verdad sea una herramienta para reducir la desigualdad y dar acceso a capital a sectores tradicionalmente excluidos.

¿Cómo hacerlo? Un producto innovador y que responde a los objetivos de los fondos CDFI serían los microprestamos para actividades productivas. Lo pueden realizar en alianza con Incubadoras de Microempresas Comunitarias. Sería un producto financiero de $500 a $25 mil. El interés podría fluctuar entre el 9% al 14%. En estudios relacionados a la experiencia del Grameen Bank (el banco de los pobres que creó el economista Muhammad Yunus) y en nuestra experiencia aquí en Puerto Rico, la persona de bajos recursos que no tiene acceso a financiamiento tradicional lo que valora es que le faciliten el capital. Sabe que el riesgo principal lo asume quien presta por lo que el interés será alto y esta consciente de esto.

La Incubadora tendría un rol importante. Toca a la incubadora referir a la persona. La incubadora hace toda la investigación del participante e inicia la solicitud. Por supuesto, la cooperativa adiestra al personal de la incubadora. Esta última hace la pre-aprobación y pasa el caso a la cooperativa.

Entre la cooperativa y la incubadora comunitaria se llega a un acuerdo de pago por el servicio que ofrecerá esta última. No es de gratis el trabajo de la incubadora comunitaria. Esta hace; 1) la evaluación inicial del participante, 2) pre-cualifica, 3) ofrece acompañamiento empresarial durante la vigencia del microprestamo, 4) hace cobro del pago semanalmente y se asegura de que el empresario/a realice sus pagos. Solo por identificar algunas de las cosas que puede realizar la incubadora para minimizar riesgos.

Por supuesto que hay más asuntos que los descritos, pero nos permite dar una idea de un producto financiero que responde cien por ciento a los objetivos del CDFI. A la vez permite que nuestro movimiento cooperativo vuelva a sus raíces y prácticas que faciliten el acceso a capital a quienes están excluidos/as.

Tenemos modelos de manuales de microprestamos que pudieran estar disponibles para una cooperativa que quiera hacer historia. Es una oportunidad para innovar y “salirnos de la cajita” en función del desarrollo económico solidario del país.

¿INCUBADORAS COMUNITARIAS?

Hay que evitar ser cómplices de la cooptación de conceptos que es común en nuestros días. Por ejemplo, el uso de lo “verde”. Ahora todo es “verde”. En el lenguaje anglosajón le dicen a esta moda el “green wash”.

Igual sucede con conceptos como economía solidaria, desarrollo económico comunitario, incubadora de negocios, desarrollo sostenible, sustentable, “eco friendly”, incubadoras comunitarias y muchos otros términos. Como diría el amigo Juan Bobo, “no todo lo que tiene antena es televisor” y “no todo lo que trepa poste es electricista”.

Las Incubadoras de MicroEmpresas Comunitarias Solidarias (iMECs) es un modelo que trabajamos en Consultores Comunitarios (ConsultCom) en el 2003.  No nació con los millones que se han dado a organizaciones que no incuban. Ahora es moda esto de incubar y todo el mundo es “incubadora de negocios”.

En Puerto Rico existe la Alianza para la Incubación de Microempresas Comunitarias, Inc. (AIMECS) la cual reúne a incubadoras comunitarias de Arecibo, San Juan, Caguas, Humacao y Yabucoa. Y mantiene alianzas con otras en Yauco, Culebra, Ceiba y Maricao entre otras.  Es con estas que hay que hacer conexión para hacer que los fondos del CDFI sean desarrollados según su intención y espíritu.

Es un momento histórico. Como movimiento tenemos la oportunidad de “salirnos de la cajita”. ¿Nos arriesgamos? ¿Nos atrevemos?

El autor es Sicólogo Social-Comunitario y Especialista en Desarrollo Económico Comunitario


Sobre Nelson Reyes Del Valle
Nelson Reyes Del Valle


Únete a nuestra comunidad y apoya a PRTQ

Para continuar haciendo nuestra labor de forma económicamente sustentable, contamos con las contribuciones de nuestra membresía.

Por tan solo $5 al mes, nuestra membresía recibe un email mensual con un resumen de todos los artículos que publicamos ese mes, y tiene la habilidad de dejar comentarios en los artículos en nuestra página web y participar así de la conversación que generen nuestros y nuestras autores y autoras.