Por Cristina Ramírez Doval

Mientras un grupo espera a que comience el recorrido guiado que reservó, se puede apreciar la tranquilidad de la Plaza Central de Caguas. Tiendas que han cerrado debido al movimiento hacia centros comerciales, como El Telar, aún se encuentran presentes, suscitando recuerdos en todos los que compraron uniformes escolares en sus distintas localidades. Otros establecimientos, como la librería Anawim, que permanecen abiertos, ayudan a formar un contraste entre lo perdido y lo que aún resiste los cambios que ha traído la economía actual.

Luego de una breve visita al pequeño café que se encuentra en la Plaza, se ve aproximarse un vehículo rectangular sin carrocería que lo cubra completamente. Tiene cinco pedales a lo largo de ambos lados, y un volante en su parte delantera, que lo maneja Juan Acosta. Su hija, Carla Acosta Vargas recibe a sus clientes con un saludo a través del micrófono y procede a explicar en qué consistirá el recorrido que harán en el llamado “Big Bike”.

Este concepto de una bicicleta grande, la cual pedalean diez personas simultáneamente, llegó a Puerto Rico recientemente y se originó en países europeos como España. De hecho, fue de un programa televisivo español de donde Juan Acosta obtuvo la idea para su próximo emprendimiento. Carla, estudiante graduada de Veterinaria, optó por permanecer en la Isla y ayudar a su padre con dicho negocio. Ya que el “Big Bike” existía en Viejo San Juan e Isla Verde, la familia Acosta Vargas eligió el pueblo donde residen, Caguas, para ofrecer la experiencia.

Al momento, el “Big Bike Tour” de Caguas posee dos rutas, y ambas transcurren por el casco urbano y La Ruta del Corazón Criollo. Sin embargo, la diurna hace parada en dos museos importantes de La Ruta, el de Artes Populares y el de la Sangría, donde se vende este producto bajo la marca Los Hermanos, producida en el mismo pueblo. También se pasa por La Mordida Taquería Mexicana, ya que se trata de un restaurante familiar. De noche, el Big Bike se detiene en negocios para un público adulto, mientras los que disfrutan del recorrido pueden utilizar el kareokee que se encuentra a bordo.

Existe un recorrido en “Big Bike” por el casco urbano de Ponce, y comienza en el Parque de Bombas de la Ciudad Señorial. Consiste de una vuelta alrededor de la Plaza, al igual que en Caguas, y se detiene en varios negocios locales aledaños. Acosta Vargas aseguró que se encuentra en proceso de diálogo con la Oficina de Turismo de Ponce para incluir en la ruta a varios museos de la zona. La joven destacó la facilidad del proceso para obtener los permisos de su negocio debido al interés que los municipios de Caguas y Ponce tuvieron en la idea de su padre.

De hecho, mencionó que el establecimiento del “Big Bike” en Ponce fue a consecuencia del huracán María. Su familia decidió llevar el vehículo a Ponce tras el paso de la tormenta para proveer entretenimiento gratuito a los residentes de la ciudad sureña. Los recorridos probaron ser tan exitosos que se dieron hasta las 11 de la noche el día en que se ofrecieron. Fue entonces que la familia decidió continuar los servicios en una nueva localización.

Los planes continúan desarrollándose para el futuro del “Big Bike” ya que, según Acosta Vargas, implantarán una ruta en Cataño, que incluya a establecimientos del malecón y una parada en Casa Bacardí. Además, la familia ofrecerá su empresa como vehículo para recaudación de fondos para escuelas y cualquier otro tipo de entidad. Acosta Vargas adelantó que aportarán un 30% de las ganancias totales para toda organización que les proponga llevar a cabo “fundraisers” en sus recorridos.

El éxito acapara a este negocio familiar que comenzó un poco antes de la devastación que ocasionó el huracán María en nuestra Isla. Pese a los percances, la familia Acosta Vargas perseveró y es por tal razón que pretenden expandir y devolver a la comunidad por todo el apoyo que han recibido en dos ciudades culturalmente vastas.

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