“Siempre se ha hecho así”.

Son las palabras que hemos escuchado ante cada señalamiento, cada irregularidad y cada protesta relacionada a la manera en que se realizó el conteo del pasado proceso electoral. “Siempre ha sido así” retumba por los pasillos, mesas y gradas del Coliseo Roberto Clemente, al tiempo que cientos de personas se exponen a contraer el Covid19 mientras fiscalizan voto por voto el presente descalabro electoral. A pesar de las insistencias del Partido Nuevo Progresista (PNP) de agilizar el proceso para certificar candidatos, los brazos caídos del Partido Popular Democrático (PPD), y la negligencia crasa de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), hubo quienes rápido subieron su voz y alertaron sobre las serias deficiencias y posibles fraudes electorales.

 Esas personas tienen nombre y apellido: son las y los cientos de voluntarios que han dicho presentes para defender las candidaturas de Manuel Natal a la alcaldía de San Juan y el escaño de Eva Prados para el Precinto 3, también de la capital. Ni Edwin Mundo, ni el presidente del CEE, ni el partido que forjó la nueva ley electoral a su medida pudieron prever la resistencia férrea a las irregularidades “de siempre.” Es cierto, cuando funcionarios electorales de largos años arguyen “que siempre ha sido así” no lo hacen como una excusa breve. Lo dicen porque es su sentido común: las irregularidades y el fraude sistémico a los partidos que no son parte del bipartidismo PNPPD es histórico y formaba parte del quehacer electoral cada cuatro año. Hasta ahora. Y es así que, ante la negación de mirar para el otro lado, el país y el mundo han observado la manera en que aparecen maletines y votos hasta dentro de las combinaciones chinas y las cajas de galleta.

Entonces, ¿cuál es la lección detrás de todo esto? Indiferentemente del destino de las candidaturas de Eva y de Natal, debemos afirmar que sus luchas empedernidas por no mirar hacia el lado ya nos dejan un saldo positivo, mucho más importante que cualquier candidatura individual. El saldo es el cambio en nuestro sentido común, en fortalecer el entendimiento de que no porque siempre se haga deja de ser menos incorrecto. Hoy por hoy, al igual que nos levantamos en un país que poco a poco entierra el bipartidismo vamos enterrando poco a poco los entendidos nefastos de antaño que hoy se atreven hasta votar a nombre de nuestros muertos. Si algo debemos agradecer a quienes han ido construyendo esta nueva oleada de posible cambio es que se han posicionado firmemente en contra de lo que está mal – aunque fuese sentido común – en ánimos de construir un futuro mejor. Allí están, en el Clemente, construyendo país. A ellos y ellas mis respetos.

Sobre Francisco Santiago Cintrón

Natural de Guayama, Puerto Rico, Francisco Andrés Santiago Cintrón cursó estudios de ciencias políticas y relaciones laborales para luego completar estudios en la Escuela de Derecho en la Univers