Retos y desafíos de la mujer inmigrante en el contexto actual

Retos y desafíos de la mujer inmigrante en el contexto actual
Romelinda Grullón, foto PRTQ.

Por Romelinda Grullón

La autora fundó hace veintidós años el Centro de la Mujer Dominicana, una organización de base comunitaria sin fines de lucro y con perspectiva de género. Su misión es atender asuntos de violencia de género en mujeres inmigrantes. Romelinda y el Centro han atendido a mujeres de 38 nacionalidades y, aunque el nombre de la organización sugiere que se centra en mujeres dominicanas, también brindan ayuda a víctimas de otras nacionalidades, por lo que no es necesario ser dominicana para recibir asistencia.

A continuación, su alocución en la Asamblea de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO) celebrada el pasado sábado 20 de septiembre.


Es un privilegio y un placer estar aquí. Para mí, que no soy periodista, es un gran honor que hayan decidido que yo hable en esta asamblea tan importante. También les quiero agradecer, porque desde la inauguración del Centro, los medios han sido muy generosos con nosotros. Si buscan en la página del Centro o en diferentes medios, podrán encontrar mucha información sobre el trabajo que realizamos y sobre las mujeres inmigrantes. Como se ha mencionado, hemos atendido mujeres de 38 nacionalidades, pero la mayoría de las mujeres inmigrantes en Puerto Rico son dominicanas.

Al llegar al país, la situación era complicada; la invisibilidad de las mujeres inmigrantes era total. Conseguir a una mujer inmigrante indocumentada era como una odisea, a pesar de que hay miles de ellas. Esta invisibilidad sigue siendo dolorosa. El centro no solo atiende a mujeres inmigrantes de toda la isla, sino que también contamos con intercesoras legales que luchan por sus derechos en los juzgados. Además, tenemos una abogada y una psicóloga que brindan apoyo a las víctimas de violencia de género, la mayoría de las cuales son puertorriqueñas. También atendemos a hombres víctimas de esta violencia que buscan justicia en los tribunales. Por lo tanto, nuestro trabajo va más allá de solamente ayudar a la población migrante.

Quiero agradecer nuevamente a todos, y en especial a Carla Minet, que fue parte de la junta del centro, y a Nelson del Castillo, quien realizó el primer reportaje del Centro. También quiero mencionar a nuestro querido Héctor Peña, quien ha sido un gran apoyo en esta lucha. Sé que debo controlarme un poco, porque entiendo que este mensaje debe llegar de manera clara. Aunque no me importa que se publiquen algunos comentarios, espero que no se malinterpreten. Agradezco a Héctor por su apoyo al hacer esta presentación sobre los retos y desafíos que enfrentamos hoy en la era de Trump, especialmente aquellos que afectan a las comunidades migrantes y a las mujeres.

Quiero agradecer a la Asociación de Periodistas por acoger al Centro de la Mujer Dominicana en su asamblea, donde nos sentimos como en un verdadero espacio de empatía y solidaridad. Esta oportunidad surge en un momento en que los retos que enfrentan los inmigrantes se han agravado debido a políticas marcadamente antiinmigrantes, que impactan de manera catastrófica los derechos de miles de personas que solo buscan una mejor vida. Todos los países tienen el derecho y el deber de proteger sus fronteras y gestionar la migración; sin embargo, lo que no es legítimo es desarrollar políticas basadas en el discrimen. Estas políticas conducen a redadas indiscriminadas que generan un estado de terror y ejercen violencias sobre las poblaciones marginadas.

Las mujeres inmigrantes en Puerto Rico enfrentan vulnerabilidades gravemente acentuadas, como la discriminación, la explotación laboral y la invisibilidad. Muchas tienen miedo de asistir a servicios religiosos, visitar oficinas de gobierno o presentar denuncias ante la policía por temor a que sean arrestadas o deportadas. Esta inseguridad se agrava por la presencia de agentes del servicio de inmigración y aduanas de Estados Unidos en lugares donde deberían sentirse seguras al gestionar sus documentos. Las violaciones a la dignidad humana provocadas por estas intervenciones son inaceptables y requieren que se visibilicen estas situaciones de urgencia

Es fundamental que se abran espacios de solidaridad y que el diálogo se convierta en una práctica cotidiana, como herramienta educativa frente a este retroceso institucional que nos impacta. Este retroceso de la democracia es evidente en EEUU y, como consecuencia, en Puerto Rico, donde los gobernantes colaboran para implementar políticas de odio. Se intenta normalizar lo anormal, justificando acciones que buscan perseguir a quienes solo buscan sobrevivir, mientras que los verdaderos criminales son aquellos que, en el ejercicio del poder, alteran las leyes y los derechos de la humanidad.

La migración, especialmente para las mujeres, ha dejado de ser una opción y se ha convertido en un acto desesperado de supervivencia. Según la Organización Internacional de la Migración, en 2021, el 48% de las migraciones internacionales eran mujeres. Para muchas de ellas, migrar es una respuesta a contextos de violencia y pobreza extrema. Por ello, es esencial abogar por reformas migratorias y planes integrales que protejan los derechos de las mujeres migrantes y consideren sus vulnerabilidades. La violación de derechos y la exclusión no deben ser parte de ninguna sociedad que se considere democrática.

Muchas gracias.


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