Diversas organizaciones lanzan proyecto ambiental que busca reducir al 50% los residuos y desperdicios sólidos que hoy llegan a los vertederos con una estrategia integral y de acción basada en un modelo de desarrollo económico circular.

El plan, el cual incluye la creación del Fideicomiso de Generación Circular, permitirá disminuir el uso de los vertederos, proveyendo la posibilidad de clausurar los que incumplen con los estándares de seguridad pública y protección del ambiente.

Según los proponentes, de lograrse el proyecto, pudieran generar más de 6,600 nuevos empleos.

“Este plan estratégico es un punto de partida para discutir cómo atenderemos el persistente problema de residuos sólidos”, expresó la ingeniera Ingrid M. Vila Biaggi, presidenta y cofundadora de Cambio, entidad coordinadora del plan multisectorial Generación circular: Hacia una economía circular.

El proyecto busca posicionar a Puerto Rico como líder mundial en la transformación hacía una economía circular que minimice los recursos descartados y maximice iniciativas locales hacia la reducción, el reúso, el reciclaje.

El plan es resultado del análisis de un equipo de trabajo especializado en el manejo de residuos, donde participaron organizaciones comunitarias y entidades dedicadas a la protección del ambiente. Entre las organizaciones que participaron del proceso se encuentran: Cambio, Basura Cero Puerto Rico, Center for Sustainable Community Solutions de Syracuse University, Climate Think: Institute for Climate Law and Policy, la Coalición de Coordinadores de Reciclaje Municipal, la Coalición de Organizaciones Anti-Incineración, Haser, Martín Peña Recicla, el Puerto Rico Recycling Partnership, Sierra Club y la corporación de acción ambiental Tais. El análisis fue subvencionado por la Fundación Segarra Boerman, quienes apoyan el proyecto.

El plan reconoce que el manejo de residuos y mitigar el impacto al cambio climático requiere de todos los sectores de la sociedad. Para cumplir con la meta, se propone crear el Fideicomiso para la Generación Circular, como un modelo de gobernanza, el cual busca ampliar la participación y asegurar el progreso en las estrategias.

La junta directiva estaría compuesta de representantes del tercer sector, las comunidades, el sector privado y personas expertas en el manejo de residuos. El organismo coordinaría estrategias y buscaría asegurar la transparencia de los procesos, datos y la fiscalización en el uso de fondos.

Stephanie Anderson, coordinadora de Puerto Rico Recycling Partnership, señaló “Puerto Rico necesita implementar políticas robustas, armoniosas y claras que faciliten alcanzar una sociedad sostenible”.  Anderson añadió que este proyecto va a tono con la intención de política pública de la administración ejecutiva del gobierno de Estados Unidos.

Según datos recientes, Puerto Rico genera alrededor de 8,290 toneladas de residuos diarios, equivalentes a 5.19 libras por persona. Esto puede producir casi 290,000 toneladas métricas equivalentes de dióxido de carbono (CO₂) al año, según estimados de residuos depositados en 2019.

Por su parte, los datos señalan que el 34% del total de desperdicios son materiales orgánicos, a lo que el proyecto propone atender para una eventual reducción del 60% para el año 2028. Según los proponentes, este material puede servir para producir composta orgánica, lo que supone un activo para la seguridad alimentaria.

“Literalmente, estamos botando millones de dólares en recursos reutilizables. Aprovecharlos, reducirá la huella ambiental y producirá oportunidades económicas a más personas”, expresó Vanessa Uriarte, de Martín Peña Recicla.

El plan detalla estrategias para manejar, reducir, reusar o reciclar residuos según sus características. Las acciones se centran en recursos orgánicos, papel y cartón, plástico y “foam”, vidrio, metales y residuos de construcción y demolición. El proyecto también pondera acciones para residuos electrónicos y electrodomésticos, neumáticos y aceites usados.

Las estrategias del plan están dirigidas a agencias de gobierno, organizaciones sin fines de lucro y el sector privado. Además, proveen datos y lineamentos para la formulación de política pública.

“Este plan debe verse como un documento vivo y dinámico. Su mayor utilidad es como guía de acciones y políticas que deben ejecutarse de inmediato para lograr los objetivos definidos”, subrayó Vila Biaggi.

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