La Orquesta el Macabeo estaba lista para subir a la tarima de la Plaza Colón el pasado 18 de enero como parte del itinerario de las Fiestas de la Calle San Sebastián, sin embargo la vestimenta de uno de sus músicos causó la cancelación de su presentación.

“Odio a Thomas Rivera Schatz” leía la camisa que llevaba el trompetista Horacio Alcaraz.

“Esto no fue algo que planificamos como agrupación, sino que el compañero Horacio simplemente llegó con la camisa. Mientras estábamos en el área de espera de los músicos para subir a la tarima, se acercaron dos personas de San Juan Family Entertaiment y le indicaron que tenía que quitarse la camisa”,  explicó Luis De la Rosa, vocalista principal de la agrupación.

Si se la quitaba, le dijeron, entonces el Macabeo podría hacer su presentación. “Nosotros como agrupación”, añadió De la Rosa, “decidimos que apoyaríamos la determinación de Horacio de no cambiarse la camisa”.

Ivonne Class, presidenta de San Juan Family Entertainment, fue la persona que les indicó que su presentación quedaba cancelada y no cobrarían por la misma. Los integrantes del Macabeo permanecieron en el área hasta la hora de su presentación listos para tocar. En eso, un grupo de escoltas llegó al área y los trasladó hasta unos vehículos que les condujeron a Parque Central, donde ubicaba el punto de encuentro para los músicos del evento.

Las posturas en contra de la situación colonial, las medidas de austeridad y la corrupción en Puerto Rico caracterizan la trayectoria musical de la agrupación. Sus presentaciones en vivo siempre incluyen mensajes relacionados al clima político puertorriqueño y denuncias directas a los responsables de los malestares sociales de la Isla. Nunca, en los doce años de la orquesta, habían enfrentado una situación como esta.

“Es la primera vez que nos sucede. Quizás al principio, en una ocasión que nos pidieron que no dijéramos ‘no me jodas’ en nuestra canción e igual lo hicimos. A nosotros como agrupación no nos preocupa tanto la parte del cobro, lo que más nos preocupa es que Carmen Yulín Cruz, precandidata a la gobernación, contrate una compañía que se adjudique la autoridad de decidir qué se dice y qué no se dice. Nos preocupa que para proteger una imagen continúe un patrón de censura. No podemos olvidar, y esto no se ha hablado mucho, que durante esa misma semana Thomas Rivera Schatz le había dado un espaldarazo a Yulín y a la celebración de las Fiestas de la Calle San Sebastián”, señaló De la Rosa.

La situación ha generado debate a nivel político y socio legal, ante las alegaciones de censura realizadas por la agrupación musical. En ese sentido, la American Civil Liberties Union (ACLU) catalogó como peligrosa la cancelación ya que considera el acto como uno de libertad de expresión.

El profesor y ex presidente del Colegio de Abogados de Puerto Rico, Alejandro Torres Rivera, señaló que lo sucedido tiene varias dimensiones relacionadas a factores contractuales y de política pública.

“El integrante llegó hasta el lugar con la camisa, por lo que no hubo censura previa. Sin embargo, hay que ver qué dice su contrato y las cláusulas de cancelación. En ocasiones esos contratos tienen cláusulas que permiten cancelaciones sin previo aviso. Aquí lo interesante más bien es observar la dimensión de la política pública. Lo que hay que ver es cuál es la posición oficial del Municipio de San Juan ante situaciones como estas”, expresó Torres Rivera.

A nivel sociológico las explicaciones son mucho más amplias y conllevan dinámicas de poder, así como elementos de reto a las estructuras políticas, económicas y sociales. En ese sentido, el debate relacionado a la libertad de expresión va mucho más allá de las dimensiones legales del asunto y conlleva integrar otros factores contextuales.

“Sociológicamente lo veo como un choque de códigos en el contexto de la cultura. Tienes una parte que representa la estructura y otra que no. Uno coloca en tela de juicio la estructura y el otro la acoge. Entiendo que tenía el máximo derecho a utilizar esa camisa al igual que cualquier otro. Pero la lucha política en el país no permite que eso suceda en ocasiones porque supone que están pagando para que alguien se expresa en contra de su estructura. Al final o te circunscribes o no participas. Lo que refleja es que o te ajustas o no te ganas el pan”, señaló Víctor Iván García Toro, sociólogo y catedrático de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

La distinción entre expresiones de rechazo y el odio es parte de la discusión de los sucesos. En Puerto Rico el marco legal tipifica ciertos crímenes como de odio, lo cual supone un daño a otra persona o a la sociedad. Para García Toro, este caso dista de la manera en que se utiliza el concepto en el marco legal.

“Las manifestaciones de odio que tienen repercusiones deben estar debidamente clasificadas por la ley. Esto no es un crimen. Esto es una manifestación personal de un desacuerdo. Y es un desacuerdo con un líder público específico que ha dejado entrever a la ciudadanía que puede usar su estructura de poder para hacer daño a quien quiera. Por eso ataca y le falta el respeto a la comunidad lgbttqi, a los que piensan distinto, a quienes protestan entre muchos otros”, puntualizó García Toro.

Al momento los integrantes de la orquesta no han recibido ninguna comunicación directa del Municipio de San Juan ni de la empresa productora del evento. Sin embargo, hubo comunicación con Lana Productions, que es la firma intermediaria entre la orquesta y la parte contratante.

Sobre Mikael Rosa Rosa

Mikael E. Rosa Rosa realizó un bachillerato en ciencia política con una segunda concentración en periodismo. Posteriormente completó una maestría en trabajo social comunitario, ambos grados los