Por: Paul Figueroa

Hay una serie británica de los años noventa que se llama “Keeping Up Appearances” (Manteniendo las apariencias), donde la protagonista, Hyacinth, se preocupa obsesionadamente por su imagen y busca proyectarse como una persona de clase alta.

En la serie hay algunos chistes corrientes donde Hyacinth se queja cuando recibe correspondencia con sellos de “segunda clase”. También, se niega a comer kiwi porque cree que es fruta de gente pobre, cada vez que recibe una llamada menciona la marca y modelo del teléfono. Hyacinth es perseguida constantamente por sus familiares de clase trabajadora, a quienes siempre está tratando de desviar.

Al final todos sus vecinos y conocidos se alejan de ella y la califican de ridícula. La moraleja de la serie es que cuando las apariencias toman precedente sobre nuestro ser, en vez de ganar el aprecio de los demás, lo que ganas es su repudio.

A mi juicio, el gobierno padece del mismo mal que Hyacinth. Para darles una anécdota, el otro día cuando caminaba hacía mi casa, mi vista se desvió a un letrero gigantesco del Municipio de San Juan, donde anunciaba la pavimentación de mi calle. El único problema es que para poner el letrero anunciando que arreglaron la calle, rompieron la acera a martillazos. Enseguida mi mente saltó a: ¿Y la gente sin carro, y la gente con impedimentos qué?

Aparte de su ironía y desconsideración por las comunidades marginadas y la población en general, esta anécdota representa la actitud del gobierno, donde anunciar una obra es más importante que considerar su utilidad. Es decir, para el gobierno, aparentar es ser.

Esta actitud es evidente en todas las ramas del gobierno. Ante esta actitud, el pueblo debe reflexionar colectivamente sobre cómo exigir cambios verdaderos que resulevan los problemas y retos que enfrenta nuestro país, en vez de mantener la apariencia de normalidad y progreso.

El 29 de octubre, el Gobernador realizó unas expresiones señalando su disgusto por los “carros estarlataos”. Todo favoreciendo eliminar los arbitrios en los carros de lujo, para según él, crear una mejor imagen de Puerto Rico ante los turistas. Como costumbre, el gobierno favorece más exenciones contributivas para unos pocos de clase alta, regaña a los marginados e ignora completamente las realidades del país.

El 23 de noviembre, Pedro Pierluisi se expresó en relación a los constantes actos violentos en Puerto Rico. La preocupación del Gobernador fué una vez más, la imagen que pueda crear estos actos para los turistas y así afectar negativamente el sector. En su análisis, el Gobernador no mostró ni la más mínima preocupación por las raíces de la violencia, entiéndase issues como la pobreza, falta de educación, el machismo, el abuso de las sustancias, entre otros. Tampoco estaba tan preocupado cómo para ofrecer posibles soluciones, ni crear políticas públicas para atender la violencia a corto, mediano, y largo plazo. Para el Gobernador, ocultar el problema es la prioridad en vez de resolverlo.

El 29 de noviembre, Pierluisi presentó un plan para la “nueva” Bahía Urbana, valorado en $118 millones , el cual crearía playas flotantes y pretende desarrollar una marina para megayates en los muelles de Puerta de Tierra. El Gobernador insistió en la imagen que el plan puede crear para Puerto Rico a los ojos de quienes nos visitan. Aunque el proyecto para Bahia Urbana prometía crear empleos que ayudarían a los puertorriqueños a salir de la pobreza y levantar capital propio, el mismo tampoco atiende la raíz del problema de la pobreza y la desigualdad.

Volviendo a el caso de Hyacinth, por más odiosa que resultaba ser el personaje de la serie, su círculo inmediato la ignoraba y pocas veces era retada. Era la dinámimca del libreto de la serie, sin embargo, el Pueblo de Puerto Rico no es un personaje de comedia, para aceptar esa misma actitud como una natural.  El Pueblo debe poner un basta de apariencias, con alegadas obras de progreso, exigir un gobierno que realmente atienda nuestras necesidades e intereses.

El autor es educador e investigador. Se postuló por la Asamblea Municipal de San Juan en las pasadas elecciones por el Partido Independentista Puertorriqueno.

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