Residentes de la comunidad Almirante Sur en Vega Baja denunciaron el desespero que viven ante las constantes interrupciones al servicio de agua potable en su vecindario.

La organización Almirante da la Mano señaló mediante comunicación escrita que la situación se debe al poco voltaje eléctrico en la zona, lo cual genera constantes averías en el sistema de bombeo. Las continuas interrupciones en el servicio de agua portable dificultan cumplir con las medidas de higiene necesarias ante la pandemia del COVID-19.

“Nuestra comunidad está atravesando por una situación difícil con la falta de servicio de agua. Este problema se agrava con la emergencia por el coronavirus, ya que cuando más necesitamos el preciado líquido para cumplir con las medidas de higiene, no lo temenos”, expresó Eduardo García, líder comunitario y presidente de Almirante da la Mano.

La situación del voltaje eléctrico no es nueva e impacta otras tareas cotidianas. Por tanto, la comunidad emplaza tanto a la Autoridad de Energía Eléctrica, como a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados a tomar cartas en el asunto.

“Nuestra comunidad lleva años enfrentando este problema de bajo voltaje eléctrico. Este bajo voltaje no solo afecta las bombas de agua, afecta también el servicio de luz en los hogares ocasionando que muchos de nuestros residentes pierdan sus enseres eléctricos. Hacemos un llamado a la Autoridad de Energía Eléctrica para que, en coordinación con la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y la comunidad, busquemos una solución lo más rápido posible para garantizar estos servicios básicos a nuestra gente”, sostuvo Edwin Marrero Santiago, también líder comunitario y residente de Almirante Sur.

La comunicación escrita destaca que la organización Almirante da la Mano ha estado activa brindando ayudas a residentes mediante la distribución de alimentos y atención a otras necesidades durante la cuarentena. Sin embargo, urge la intervención de las agencias pertinentes, pues las interrupciones en el servicio de agua potable exponen a los residentes, en su mayoría adultos mayores, a contagiarse con COVID-19.  Las interrupciones en el servicio de agua potable también impactan el funcionamiento de un centro para envejecientes ubicado en la comunidad, así como a los comerciantes locales.

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