Por Cristina Ramírez Doval

En muchas ocasiones solemos debatir si el talento es algo que se lleva en la sangre. Es normal asimilar ciertas inclinaciones artísticas con rasgos que comparten los miembros de una misma familia. Según datos del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio, Puerto Rico cuenta con 20,000 artesanos certificados y 10,000 activos. No debe sorprender que muchos de estos sean producto de padres o familiares inmediatos que han transmitido su arte a generaciones posteriores.

Tal es el caso de Aixa Ríos Henríquez, quien desde la adolescencia se ha dedicado a la elaboración de pulseras. La joven ponceña ha dedicado gran parte de su tiempo a la vida académica en miras a prepararse para la profesión que ejerce al día de hoy. Sin embargo, su madre, Aixa Henríquez Velázquez inculcó en ella un nuevo pasatiempo para trabajar juntas. Henríquez Velázquez, quien es artesana de oficio, compró los materiales para confeccionar estas prendas y le demostró cómo hacerlas y cómo buscar las combinaciones ideales.

Desde pequeña, Ríos Henríquez acompañaba a su madre a distintos eventos donde esta última exhibía sus creaciones, que varían desde prendas hasta decoraciones para el hogar. La joven reconocía que uno de los mayores gozos de Henríquez Velázquez era poder vender la mayoría de las piezas que llevaba a las ferias de artesanías. Sobre todo, sabía que para su madre no se trataba de haber sido remunerada por su trabajo, sino que el producto que ella diseñó y al cual le dio su propio estilo era admirado por otros. Fue por una razón similar que Ríos Henríquez decidió estudiar diseño gráfico, a la vez que ha continuado junto a su madre la elaboración de las pulseras, pasatiempo que comparten exclusivamente una con la otra.

Al haber pasado algunos años y si el tiempo se lo permitía, Ríos Henríquez comenzó a vender las pulseras que diseñaba, primero entre amistades y luego a otros conocidos mientras pasaba sus días de ocio en la Ciudad Señorial. Esto le motivó a expandir su pequeño negocio hasta San Juan, donde ha vivido desde sus años universitarios. Sin embargo, al comenzar a trabajar su tesis de maestría tuvo que desistir del emprendimiento para enfocarse en la faceta académica.

Ríos Henríquez se dedicó de lleno al campo de diseño gráfico y publicidad luego de culminar sus estudios. Guardó los materiales y las pulseras ya elaboradas en su armario hasta recientemente, cuando un amigo encontró la colección. Al mostrarle a este su proceso y las fotos que ha publicado en redes sociales, se dio cuenta que necesitaba retomar el proyecto.

En entrevista con Puerto Rico Te Quiero, aseguró sentirse satisfecha con los resultados de haber comenzado nuevamente. Aunque apenas se encuentra en la etapa de promover sus creaciones a través de las redes, dijo sentirse recompensada por varias razones. Ha acompañado a su madre para ambas licenciarse como artesanas en la Compañía de Fomento Industrial de Puerto Rico. Junto a Juan Vázquez, quien la motivó a continuar con la venta de estos adornos, se ha dedicado a identificar estrategias de mercadeo más efectivas.

Los procesos de elegir combinaciones, fotografiar y exhibir las pulseras en distintos medios la han mantenido proactiva y le han creado una mentalidad de empresaria. Inclusive, comparó la iniciativa con su fuente de ingreso principal, el diseño gráfico. “Es el mismo proceso, tú eliges qué colores van mejor con ciertas piedras, lo mismo haces con diseño gráfico, qué color de letra va mejor con qué fondo, cuál es el Font que debo usar dependiendo la imagen”, explicó.

Al momento, Ríos Henríquez se encuentra evaluando alternativas para poder ofrecer su colección en espacios de venta tales como El Mercado Libre en Santurce. Además, considera establecer convenios con portales web que le permitan vender las prendas a cambio de una comisión. Próximamente, espera poder crear su propia página de Internet, la cual llamaría Dazzling Beads. Para apreciar las pulseras que se encuentran a la venta actualmente, pueden acceder a https://www.instagram.com/arh3nrz/

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