40 años del oro preolímpico: balón al aire

40 años del oro preolímpico: balón al aire

Foto: Editorial Deportiva Caín | De izquierda a derecha: Flor Meléndez, Jenaro “Tuto” Marchand y Raymond Dalmau

Capturar mínimamente 35 rebotes y mantener los oponentes por debajo de los 80 puntos.

Esa ha sido la fórmula de la victoria para Flor Meléndez a lo largo de su carrera. Sus jugadores siguen esa directriz so pena de desacato, pues saben que les espera un entrenamiento fuerte si no cumplen con esos requisitos. Los 12 Magníficos tenían eso meridianamente claro cuando se tiraron al tabloncillo del Coliseo Roberto Clemente el 18 de abril de 1980 para buscar el pase olímpico a Moscú.

El quinteto se había preparado durante meses de la mano de Meléndez y su asistente Julio Toro. El IQ baloncelístico de ambos se combinó a la experiencia y arduo trabajo del equipo de preparadores y entrenadores físicos, para que los 12 Magníficos estuvieran en su mejor forma al momento de llevar las letras de Puerto Rico en el pecho.

La preparación y el sentido de grupo hizo del equipo uno excepcional. Meléndez recuerda que, liderados por el pívot Roberto Valderas, “los muchachos (12 Magníficos) montaban rutinas en el autobús, cantaban para ellos, cantaban vacilándonos a nosotros (equipo técnico). Era una hermandad lo que pasó ahí esos dos años, que fueron dos años muy bonitos para el Equipo Nacional”.

No había más que esperar. El quinteto pondría sus destrezas, la fanaticada haría honor a la “fórmula cancha local” de Fufi Santori y Manuel “Mr. Apúntelo” Rivera Morales estaría a cargo de extender la vibra del Clemente a los hogares boricuas. Puerto Rico enfrentaría a Argentina, Uruguay, Cuba, México, Canadá y Brasil, en ese orden.

La escuadra boricua se disponía a jugar ante una Argentina abatida por la dictadura de Jorge Rafael Videla, responsable de la desaparición de miles de opositores y militantes de izquierdas. Igualmente, habían cambiado el cuerpo técnico de su selección e introdujeron jugadores distintos a los que utilizaron para los Panamericanos San Juan 1979. A pesar de ello, el equipo argentino envió un mensaje al equipo boricua: había que sudar la clasificación.

Puerto Rico dominó la primera mitad con marcador de 53-45 y cerró el partido con una victoria 99-93. Esa puntuación no reflejó al amplio dominio que habían tenido los 12 Magníficos durante los fogueos. Rubén Rodríguez anotó 17 puntos esa noche, acompañado por Raymond Dalmau y Neftalí Rivera con 12 cada uno, y Carlos “Charlie” Bermúdez con 11. El alero José Luis Pagella cargó el quinteto argentino con 25 puntos.

La cerrada victoria trajo una gran noticia a los 12 Magníficos: Neftalí Rivera estaba de vuelta. Rivera venía de una lesión que no le permitió participar en los Juegos Panamericanos San Juan 1979. El trabajo del veteranísimo terapista físico del combinado, Víctor Vargas, le puso en condiciones para el torneo.  Su integración y los ajustes tras esa primera victoria elevaron el nivel de juego boricua.

“Fue un llamado de atención lo que nos dieron. Nosotros les habíamos ganado en los juegos panamericanos y les habíamos ganado en Argentina en las giras de fogueo. Lo que nos dieron fue un alerta. Nos dijeron ‘tienen que jugar bien todos los días, sino aquí puede pasar cualquier cosa’. Cuando discutimos el juego los jugadores entendieron y ya de ahí fue otra cosa diferente”, recuerda Meléndez.

Luego de ese partido Puerto Rico tuvo una explosión ofensiva, acompañada de su gran defensa. El equipo de México fue el único que le marcó 100 puntos o más a la defensa puertorriqueña. Los marcadores previos al último partido fueron contundentes. El 20 de abril del 1980 los 12 Magníficos dominaron 113-88 al equipo cubano gracias a 13 puntos de Georgie Torres, 11 de Charlie Bermúdez y 10 de Neftalí Rivera y Rubén Rodríguez respectivamente.

El 23 de abril Willie Quiñones aportó 22 puntos y Mario “Quijote” Morales anotó 24 en la victoria 137-104 ante México. El próximo día, Georgie Torres llegó a cancha con la mano caliente para encestar 22 puntos en el triunfo 84-67 sobre Canadá. Torres culminó el torneo como máximo anotador de la escuadra puertorriqueña promediando 13.5 puntos por juego.

Esta victoria selló el máximo objetivo que se había trazado el equipo: el pase a las olimpiadas de Moscú. Si bien Puerto Rico tenía experiencia olímpica en baloncesto, Moscú sería la primera olimpiada de casi todo el equipo. Los 12 Magníficos salían con altas expectativas tras un preolímpico en el que mostraron amplio dominio.

A lo largo de este torneo prácticamente todo el quinteto boricua promedió más de nueve puntos por salida. La defensa fue esencial para crear las oportunidades ofensivas durante cada partido.

“Al nosotros ser un equipo defensivo nos permitía correr mucho. Nuestro equipo también era un buen equipo rebotero. Además de Charlie y Rubén, teníamos a Raymond que era un tremendo rebotero en la posición tres. Teníamos buenos corredores, teníamos buenos tiradores y les gustaba el juego en conjunto”, describió Meléndez.

El torneo no había terminado, quedaba el último juego contra Brasil a celebrarse el 25 de abril de 1980. Ese último partido era para buscar culminar invictos, por lo que el plan era salir con todo. Un mes y cuatro días antes de este juego, el presidente estadounidense Jimmy Carter había anunciado que boicotearía la participación olímpica en respuesta a la intervención de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en Afganistán. Curiosamente, Estados Unidos ha mantenido en asedio militar y económico ese mismo país por los pasados 21 años.

La determinación de Carter y la Guerra Fría ponían el deporte boricua contra las cuerdas debido a la relación colonial con Estados Unidos. A pesar de dicho vínculo, Puerto Rico cuenta con soberanía deportiva a nivel internacional. El pase a Moscú sabía mal a políticos anexionistas y estadolibristas del patio. En medio de la persecución política hacia independentistas y militantes de izquierdas que permeaba en Puerto Rico, sentaba mal a las autoridades permitir que atletas boricuas validaran una olimpiada en un país socialista.

En medio de ello, Flor Meléndez continuaba su plan de culminar el torneo invicto. Sin embargo, los triunfos en baloncesto requieren sintonía entre jugadores y equipo técnico. La noche del 25 de abril de 1980 esa química era distinta, lo que le costó el invicto a los 12 Magníficos con marcador 99-93. La tabla de posiciones terminó con Puerto Rico al tope (5-1), seguido por Canadá (5-1), Argentina (4-2), Brasil (4-2), México (2-4), Cuba (1-5) y Uruguay (0-6).

A pesar de contar con el pase y la medalla de oro asegurada, la derrota ante Brasil no fue un juego más. Flor Meléndez sabía que había algo mal, pues la escuadra no respondió como en los otros partidos. Esa derrota del 25 de abril de 1980 continúa y continuará en la memoria de Flor Meléndez. Para Flor, “esa derrota tiene mucho pique”…

 

Nota: Esta es la segunda de tres publicaciones en conmemoración del pase de los 12 Magníficos a las Olimpiadas Moscú 1980. 


Sobre Mikael Rosa Rosa
Mikael Rosa Rosa

Mikael E. Rosa Rosa realizó un bachillerato en ciencia política con una segunda concentración en periodismo. Posteriormente completó una maestría en trabajo social comunitario, ambos grados los


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